El mando militar estadounidense en Oriente Medio estimó haber matado un centenar de combatientes pro gobierno sirio en un ataque de represalia lanzado este jueves.

El enfrentamiento ocurre en plena escalada de la tensión entre Washington y Damasco por el presunto uso de armas químicas por parte del régimen sirio y una milicia aliada.

El ataque inicial fue llevado a cabo por fuerzas leales al presidente Bashar al Asad en instalaciones de petróleo y gas clave en la provincia de Deir Ezzor, controlada por las fuerzas kurdas respaldadas por Washington.

Entretanto, aviones del régimen volvieron a bombardear, por cuarta jornada consecutiva, el enclave rebelde de Guta Oriental, a las afueras de Damasco, donde el balance de fallecidos desde el lunes ascendió a 171, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Según el CENTCOM, el mando militar de Estados Unidos en Oriente Medio, en la zona atacada por fuerzas progubernamentales en Deir Ezzor la noche del miércoles se encontraban consejeros de la coalición.

“La coalición efectuó bombardeos contra las fuerzas atacantes para repeler el acto de agresión” contra su personal y contra las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS)
con las que colaboran, declaró un responsable militar de este organismo que pidió mantener el anonimato.

“Estimamos que más de 100 miembros de las fuerzas prorrégimen sirias murieron en enfrentamientos con las Fuerzas Democráticas Sirias y las fuerzas de la coalición”, precisó esta misma fuente.

Ataque contra un campo petrolero

Según el OSDH, que solo confirmó 45 muertos entre las fuerzas prorrégimen, el ataque inicial se produjo cerca de Jasham.

El director de esta ONG, con sede en Reino Unido, Rami Abdel Rahman, dijo que el objetivo del ataque parecía ser capturar un campo petrolero clave y una gran planta de gas en una zona controlada por las FDS.

La producción previa a la guerra del campo petrolero de Omar, uno de los mayores de Siria, era de 30.000 barriles diarios, mientras que la del campo gasístico de Conoco era de 13 millones de metros cúbicos por día.

Los medios estatales sirios confirmaron que decenas de personas murieron en los enfrentamientos, pero parecían negar que las fuerzas fueran soldados del régimen, al describir las víctimas como “fuerzas populares”.

Según el Observatorio, las fuerzas que lanzaron el ataque contra las posiciones de FDS eran combatientes de tribus locales y una milicia afgana chiita, leales a Asad.

Según el CENTCOM, este ataque tuvo lugar a ocho kilómetros al este de la línea de demarcación fijada por Rusia y Estados Unidos a lo largo de Éufrates, en la que las fuerzas rusas operan al oeste y las fuerzas estadounidenses al este.

Reunión del Consejo de Seguridad

Otro frente del conflicto, Guta Oriental, un enclave rebelde al este de Damasco, seguía siendo intensamente bombardeado por parte del régimen desde el lunes.

Según el OSDH, al menos 22 civiles, entre ellos dos niños, murieron y decenas resultaron heridos el jueves en nuevos bombardeos contra esta región en la que unas 400.000 personas viven asediadas desde 2013.

Al menos seis localidades fueron alcanzadas el jueves por los ataques aéreos. Una de ellas fue Jisrin, donde un hombre que llevaba a su hija herida se precipitó hacia una ambulancia de la defensa civil, mientras una mujer era evacuada de debajo de los escombros. No muy lejos, los cuerpos sin vida de dos niñas yacían en el suelo.

Según la agencia oficial Sana, dos civiles murieron en Damasco por disparos de mortero, en una aparente respuesta de los rebeldes.

En el plano diplomático, el Consejo de Seguridad de la ONU tiene prevista una reunión el jueves a puerta cerrada para abordar una tregua humanitaria de un mes reclamada por los representantes de las agencias de la ONU con base en Damasco.

Más de 13 millones de personas necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir, entre ellos seis millones de desplazados en el país.