Las evacuaciones médicas desde Guta Oriental, una zona rebelde cerca de Damasco sitiada desde hace años por el régimen sirio e inmersa en una grave crisis humanitaria, autorizadas por el régimen de Bashar al Asad, comenzaron luego de meses de espera en los que al menos 16 personas murieron según la ONU.

El martes por la noche cuatro pacientes, tres niños y un adulto, dejaron Duma, la mayor ciudad de Guta, en dirección de Damasco. En total 29 personas tienen que ser evacuadas en las horas y días que siguen.

En varias ocasiones la ONU había reclamado las evacuaciones por razones médicas de casi 500 personas.
Por la ausencia de esta medida, según la ONU, 16 personas murieron.

“La @SYRedCrescent (Media Luna Roja) y un equipo de @ICRC iniciaron la evacuación de los casos médicos críticos desde #Gutaoriental hacia #Damasco”, dijo el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Twitter.

Los cuatro evacuados son “una niña hemofílica, un niño con síndrome Guillain-Barré (una enfermedad del sistema nervioso), un niño con leucemia y un hombre que necesita un trasplante de riñón”, indicó a la AFP un responsable de la Media Luna Roja, Ahmed al Saur.

Acuerdo del régimen

Durante la noche, entre las luces de las ambulancias de la Media Luna Roja, las familias esperaban las evacuaciones médicas, constató la AFP.

En uno de los vehículos, la pequeña Ingy, hemofílica, sonríe, abrigada con una chaqueta rosa, guantes y un gorro rojo que oculta sus rizos.

En otra ambulancia estaba Mohamed, de un año y dos meses, afectado por el síndrome de Guillain-Barré, recostado sobre las piernas de un empleado de la Media Luna Roja. Su madre estaba a su lado.

Estas evacuaciones no habrían podido llevarse a cabo sin el acuerdo del régimen de Damasco, que prevé a cambio la liberación de “prisioneros” en manos de los rebeldes, anunció el poderoso grupo de Guta, Jaish al Islam.

“Aceptamos la salida de numerosos prisioneros (…) a cambio de la evacuación de los casos humanitarios más urgentes”, precisó el movimiento rebelde en un comunicado.

Cinco obreros, detenidos en marzo en violentos combates entre las fuerzas del régimen y grupos rebeldes y yihadistas, dejaron Guta durante la noche.

Guta Oriental es uno de los últimos bastiones rebeldes en Siria. Está rodeado por las tropas del gobierno desde 2013, lo que ha provocado casos muy graves de falta de alimentos y de atención médica para los cerca de 400.000 residentes en la zona, ubicada en la periferia de Damasco.

La ONU pedía desde hace semanas la autorización para evacuar a unas 500 personas de Guta.

Al menos 16 personas murieron por falta de atención médica, dijo el 21 de diciembre a la prensa en Ginebra el jefe del grupo de trabajo humanitario de la ONU para Siria, Jan Egeland.

Entonces, Jan Egeland citó el fallecimiento de un bebé de nueve meses que murió por malnutrición y complicaciones respiratorias.

Tanto para las evacuaciones médicas como para la llegada de ayuda humanitaria, nada puede hacerse sin la autorización del régimen. Estas últimas semanas varios convoyes de ayuda enviados por organizaciones no gubernamentales o la ONU pudieron ingresar en la región.

La región es una de las cuatro “zonas de distensión” definidas en mayo por Rusia e Irán, aliados del régimen, y Turquía, que apoya a los rebeldes, con el objetivo de intentar alcanzar una tregua que allane el camino para poner fin a un conflicto que dejó desde 2011 al menos 340.000 muertos.

Pero a pesar del acuerdo, el régimen intensificó desde mediados de noviembre sus ataques contra la región.