Un eventual gobierno de unidad palestino formado por Al Fatah y el movimiento islamista Hamas debe reconocer a Israel, desarmar a Hamas y descartar la violencia, afirmó este jueves el emisario estadounidense para Oriente Medio Jason Greenblatt, en lo que es la primera reacción de Washington al acuerdo palestino de reconciliación.

El Hamas reaccionó inmediatamente y rechazó una “injerencia flagrante” de Estados Unidos en los asuntos palestinos, sin decir directamente si el movimiento islamista se conformaría a estas demandas.

“Cualquier gobierno palestino debe sin ambigüedad y de manera explícita comprometerse con la no-violencia”, indicó en un comunicado Jason Greenblatt, que visitó repetidamente la región para hallar vías para relanzar el proceso de paz.

Debe también “reconocer al Estado de Israel, aceptar los acuerdos y las obligaciones entre las partes -incluyendo el desarme de los terroristas- y comprometerse a desarrollar negociaciones pacíficas”, afirmó el emisario del presidente estadounidense Donald Trump.

Estas condiciones están en línea con las posiciones ya avanzadas por el Cuarteto para Medio Oriente integrado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU.

“Hamas debe aceptar esas condiciones fundamentales si aspira a desempeñar algún papel en un gobierno palestino”, agregó el comunicado de Greenblatt.

El comunicado también es similar a la respuesta del gobierno israelí de esta semana, que prometió no negociar con un gobierno de unión palestino que incluya a Hamas a menos que el movimiento acepte una lista de condiciones.

Estas incluyen el reconocimiento de Israel y que renuncie a la violencia, pero también que regresen los cuerpos de los soldados israelíes muertos en Gaza.

Bassem Naim, alto responsable de Hamas, condenó el comunicado de Greenblatt y acusó a Estados Unidos de adoptar las posiciones del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.

“Es una injerencia flagrante en los asuntos palestinos. Nuestro pueblo tiene el derecho de elegir su propio gobierno en función de sus intereses estratégicos”, dijo a la AFP

Las dos principales formaciones palestinas, el Fatah, laico y moderado, y el Hamas, se pusieron de acuerdo la semana pasada para que la Autoridad Palestina, internacionalmente reconocida y que debe constituir la base para un futuro Estado palestino, asuma antes del 1 de diciembre la gestión de la Franja de Gaza, de donde fue expulsada por Hamas en 2007.

Desde ese año, la Autoridad Palestina, dominada por el Fatah, sólo ejerce un control, limitado, en Cisjordania ocupada.

Los responsables palestinos dijeron querer negociar la formación de un gobierno de unidad. Un nuevo encuentro entre los diferentes movimientos palestinos está previsto el 21 de noviembre.

Se trata de un enésimo intento de reconciliación, por lo que el escepticismo es latente. Un anterior intento para formar un gobierno de unión en 2014 -año de la última guerra entre Hamas e Israel- fracasó. Los palestinos habían constituido un gobierno formado por tecnócratas no afiliados oficialmente a los dos partidos.

Una reconciliación puede esclarecer el horizonte del conflicto palestino-israelí cuando las negociaciones de paz están en punto muerto desde hace tres años.

El regreso de la Autoridad Palestina a Gaza es una “pieza central del rompecabezas de la paz”, dijo el miércoles el subsecretario de Asuntos Políticos de la ONU, Miroslav Jenca, recordando que el Cuarteto consideraba las divisiones palestinas como “uno de los principales obstáculos” a una solución con dos Estados.

El Hamas está cada vez más aislado y las condiciones humanitarias se deterioraron en la Franja de Gaza en los últimos meses, incluso con cortes de energía.

Abas impuso una serie de sanciones a la Franja de Gaza para presionar a Hamas, como dejar de pagar el suministro eléctrico proveído por Israel, lo que deterioró aún más el servicio.

El Hamas se dirigió entonces a El Cairo para obtener ayuda, con la esperanza de que Egipto abriese el paso de Rafah, pero en respuesta las autoridades egipcias presionaron al movimiento islamista para que se reconciliara con el Fatah.

Uno de los temas que aún esperan respuesta es el de la seguridad en Gaza y el futuro del brazo armado de Hamas, de unos 25.000 hombres armados.

La reconciliación plantea la pregunta del lugar que se le dará a Hamas -considerado tanto por Washington como la Unión Europea o Tel Aviv como una organización terrorista- en un gobierno de unión y cómo tratar con él.

Para Hamas, Israel continúa siendo una “entidad usurpadora”, el objetivo sigue siendo “liberar palestina” y “la resistencia y la yihad” siguen siendo “un derecho legítimo”. Por el contrario, la Autoridad Palestina reconoce a Israel y acepta negociar con el Estado hebreo.

La posición de Estados Unidos es fundamental ya que es el principal proveedor de fondos de la Autoridad Palestina.