El pasado viernes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que prohíbe la entrada por al menos tres meses de personas provenientes de siete países musulmanes: Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.

Trump logró impulsar esta medida a través de un decreto denominado “Proteger a la nación de la entrada de terroristas extranjeros a Estados Unidos“, donde también revocó la visa a casi 18 mil refugiados sirias que habían logrado el permiso de residencia bajo la administración Obama.

El decreto comenzó a ser aplicado desde la noche del viernes y tomó por sorpresa a viajeros que ya habían abordado sus vuelos o estaban listos para abordar, muchos de los cuales quedaron atrapados en países donde habían hecho escalas como fue el caso de la familia iraquí de Fuad Sherif.

“Es una tragedia. Hemos pasado 25 horas atrapados en el aeropuerto de El Cairo y nos han deportado. Estamos hundidos. Trabajaba en una farmacéutica y dejé el puesto para emigrar. Vendí mi hogar y todo lo que tenía para costear el viaje. Y ahora no tenemos nada”,cuenta Fuad a Diario El Mundo de España, luego de que quedaran atrapados en el aeropuerto de Egipto.

El hombre había viajado a Estados Unidos junto a su familia tras obtener la visa de residencia, pero quedaron atrapados en Egipto, luego de la controvertida decisión de Donald Trump.

“Durante los últimos dos años hice todo lo que estaba a mi alcance para cumplir con las autoridades y poder viajar. Había logrado un permiso para vivir allí durante un año. Me gustaría preguntarle a Trump si mi familia y yo nos hemos vuelto una amenaza de la noche a la mañana”, agrega el hombre.

Curiosamente, Fuad trabajó desde 2003 en programas vinculados a la agencia de Estados Unidos para el desarrollo internacional, situación que acrecentó su molestia.

“Serví a EEUU, puse mi vida en peligro para ellos y desafié a quienes consideraban que trabajar con los estadounidenses era un acto de infieles. No hice todo eso para que ahora llegue una persona y cancele el programa creado para ayudarnos”, concluye Fuad.

El hombre viajaba junto a su esposa, su hijo varón y sus dos hijas a Nashville, pero tras quedar atrapados en El Cairo se fueron a Erbil, ciudad dominada por la minoría kurdistán en Irak, a la espera de que la embajada norteamericana le entregue alguna solución para radicarse en Estados Unidos.