Los últimos insurgentes abandonaban este jueves el reducto rebelde de Alepo abordo de varias decenas de vehículos, en una operación que podría terminar al final de la jornada, permitiendo al régimen proclamar la reconquista total de la segunda ciudad de Siria.

Por la mañana, los insurgentes, equipados con armas ligeras, a bordo de una veintena de camionetas, taxis y coches abandonaban las áreas rebeldes a través del punto de tránsito de Ramusa, en el sur de la metrópolis, para ir a una zona rebelde más al norte, según un corresponsal de la AFP.

“Esperamos que los últimos convoyes salgan hoy [jueves]”, afirmó la portavoz del Comité de la Cruz Roja Internacional (CICR) en Siria, Ingy Sedky, a la AFP. “La operación continuará durante todo el día y si todo va bien, la evacuación terminará esta noche”.

La vocera precisó que “decenas de autobuses y vehículos privados deben salir” del reducto de la ciudad, principal batalla del conflicto sirio, que ha dejado desde 2011 más de 310.000 muertos y forzado a más de la mitad de la población a abandonar sus hogares.

‘Carreteras nevadas’

El régimen de Bashar Al Asad espera que terminen las evacuaciones para anunciar su conquista total de Alepo, su mayor éxito en casi seis años de guerra.

Iniciadas el 15 de diciembre, las evacuaciones sufrieron varios retrasos por la desconfianza de los beligerantes, problemas logísticos y, desde el miércoles, una nevada que ha ralentizado el tránsito de los vehículos hacia los territorios rebeldes.

La nieve dejó de caer el jueves en Alepo pero las personas esperaban a ser trasladadas en medio de un frío glacial.

“Es difícil de prever cuándo terminará la operación pues las carreteras están nevadas”, indicó a la AFP un responsable del grupo rebelde Ahrar Al Sham, Ahmad Qorra Ali.

Según Ahmad Al Dbis, jefe de una unidad de médicos y voluntarios que coordinan las evacuaciones en Jan Al Asal, punto de acogida de la zona rebelde, 400 vehículos privados, incluyendo coches, minibuses y camionetas abandonaron Alepo durante la noche, “hasta primera hora de la mañana”.

Al Dbis explicó que los autocares no tenían calefacción y que las mujeres, niños y ancianos tuvieron que pasar frío, sin “comida ni agua”.

Según el CICR, unas 30.000 personas han sido evacuadas desde el 15 de diciembre del enclave rebelde de Alepo, tras más de cuatro años de combates y de bombardeos del régimen y de su aliado ruso en los últimos meses.

El régimen lanzó su última ofensiva el 15 de noviembre contra los barrios rebeldes, donde decenas de miles de habitantes vivían asediados desde julio.

Al final de esta operación, un acuerdo apadrinado por Rusia e Irán -aliados del régimen- y por Turquía, que apoya a la rebelión, permitió el traslado de civiles y rebeldes.

‘Injerencia flagrante’

Las autoridades no ofrecieron cifras oficiales del número de evacuados ni los insurgentes ninguna estimación del número de personas todavía presentes en los reductos rebeldes.

Al mismo tiempo, el jueves proseguían las evacuaciones en las localidades chiitas de Fua y Kafraya, sitiadas por los rebeldes en la provincia vecina de Idlib, como preveía el acuerdo de Alepo.

Un periodista de la AFP vio, al menos, dos autobuses procedentes de estas localidades en dirección a Alepo el jueves por la mañana.

Por su parte, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la creación de un grupo de trabajo para preparar los casos de crímenes de guerra perpetrados en Siria, la primera etapa en vistas a llevar ante la justicia a los responsables de estos crímenes.

El embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, denunció la iniciativa y la calificó de “injerencia flagrante en los asuntos internos de un Estado miembro de la ONU”.

Desatado en marzo de 2011 a raíz de la represión de las manifestaciones pacíficas prodemocracia, el conflicto sirio fue ganando complejidad a lo largo de los años, implicando a múltiples actores apoyados por diferentes potencias regionales e internacionales.