Un acuerdo para una evacuación de civiles y rebeldes de Alepo fue alcanzado el martes, anunciaron grupos rebeldes, antes los enfrentamientos entre las fuerzas de Bashar Al-Asad y sus opositores.

Decenas de miles de personas siguen asediadas en los últimos barrios rebeldes de esta ciudad, antaño capital económica del país, sometidos a intensos bombardeos del ejército.

El acuerdo para evacuar “habitantes y rebeldes con sus armas ligeras de los barrios asediados” fue concluido “bajo el impulso de Rusia y Turquía”, que apoyan al régimen y a los rebeldes respectivamente, afirmó a la AFP un jefe rebelde.

El acuerdo “entrará en vigor en las próximas horas”, precisó Yaser al Yusef, de la oficina política del influyente grupo Nuredin al Zinki.

La evacuación de heridos y civiles se hará en primer lugar. Después, los rebeldes saldrán con sus armas ligeras“, agregó.

“Los que salgan elegirán ir hacia el oeste de la provincia de Alepo o hacia la provincia (vecina) de Idlib (noroeste)”, en regiones bajo control insurgente, prosiguió.

Una fuente de Ahrar al Sham, otro destacado grupo rebelde islamista, confirmó a la AFP este acuerdo, precisando que los civiles, y después los rebeldes, serían evacuados en autobuses hacia estas zonas.

Poco después, el embajador ruso ante la ONU confirmo el acuerdo. “Se alcanzó un acuerdo en el terreno para que los combatientes dejen la ciudad”, dijo el embajador Vitaly Churkin a los periodistas.

La evacuación podría comenzar “dentro de horas, tal vez”, añadió.

Sometidos a cuatro semanas de violentos bombardeos aéreos y al fuego de la artillería, los rebeldes perdieron la casi totalidad de su antiguo feudo del este de Alepo y están arrinconados, junto con decenas de miles de civiles, principalmente en el barrio de Al Mashad.

‘Destino sellado’

Incapaz de detener la maquinaria de guerra del régimen, la comunidad internacional intenta poner fin al drama humanitario en los barrios rebeldes.

Anoche, recibimos informaciones que indicaban que las fuerzas progubernamentales habían asesinado a, al menos, 82 civiles, incluyendo 11 mujeres y 13 niños”, había anunciado en Ginebra el portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Rupert Colville.

Colville precisó que, según “múltiples fuentes dignas de fe […] fuerzas progubernamentales han entrado en casas de civiles y han matado a quienes había dentro, incluyendo mujeres y niños”.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había mostrado su preocupación el lunes por las informaciones que daban cuenta de atrocidades “contra un gran número” de civiles.

Los civiles tampoco esconden su profunda angustia.

“Nuestro destino está sellado. ¿Por qué escondernos? Eso no nos hará ningún bien. Moriremos o nos detendrán”, declaró el lunes por la noche a la AFP Ibrahim Abu Al Leith, portavoz de los Cascos Blancos, la organización de socorristas que opera en los barrios de la rebelión.

Una fila interminable

El ejército sirio y las fuerzas extranjeras que lo apoyan controlan más del 90% del este de Alepo. El martes por la mañana, dirigían operaciones de rastreo sin haber efectuado avances importantes, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

“Hay decenas de cuerpos en las calles a causa de los intensos bombardeos dirigidos por las fuerzas del régimen. No tenemos ninguna confirmación de las ejecuciones”, precisó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.

La televisión pública retransmitía el martes imágenes de los barrios conquistados a los insurgentes: un paisaje de desolación, de ruinas y de escombros bajo la llovizna.

Varios cientos de civiles abandonaban la zona poco a poco, en una fila interminable, algunos envueltos en abrigos o mantas, con sus hijos pequeños y sus parcas pertenencias en bolsas de plástico.

La conquista total de Alepo, dividida desde 2012, permitiría al régimen de Bashar Al Asad controlar las cinco mayores ciudades de Siria, con Homs, Hama, Damasco y Latakia. Un giro que no hubiera sido posible sin la ayuda de Moscú, aliado inquebrantable de Damasco y activo en Siria desde septiembre de 2015.

En cuatro semanas, la operación militar en Alepo ha costado la vida a más de 463 civiles en el este de Alepo, según el OSDH, mientras que 130 civiles han fallecido en el oeste de la ciudad. Desde el 15 de noviembre, más de 130.000 civiles han huido del los barrios del este.