El ejército sirio controlaba el sábado más de la mitad de la parte rebelde de Alepo, tras hacerse con un nuevo barrio en su gran ofensiva para reconquistar totalmente la segunda ciudad del país.

La batalla por Alepo sigue provocando masivas protestas internacionales por la muerte de civiles y la situación de sus habitantes. Ante los bombardeos y el avance de las fuerzas del régimen, más de 50.000 residentes del este de Alepo han huido en una semana de sus barrios sitiados desde hace cuatro meses, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Desde el 26 de noviembre, cuando cayó el mayor barrio rebelde, Masaken Hanano, el ejército sirio, apoyado por milicias iraquíes, iraníes o libanesas, ha retomado una serie de sectores insurgentes.

El último en caer fue Tariq al Bab, retomado la noche de viernes al sábado por el régimen, indica el OSDH, según el cual el gobierno tiene ahora bajo su control cerca del 60% del sector rebelde de Alepo, que estaba en manos insurgentes desde 2012.

El ejército consiguió así controlar una carretera que une los barrios del oeste de la ciudad, dominados por las fuerzas progubernamentales, con el aeropuerto internacional de Alepo, controlado por el régimen y situado un poco más al sur de Tariq al Bab.

Las tropas del presidente Bashar al Asad expulsaron a los rebeldes de Tariq al Bab tras violentos combates, que obligaron a numerosos civiles a huir a un barrio cercano.

Un periodista de la AFP había visto el viernes a algunos combatientes rebeldes en Tariq al Bab, mientras el ejército iba avanzando en el barrio, al mismo tiempo que tiendas y panaderías cerraban sus puertas.

Resistencia feroz

Sin embargo, el viernes los rebeldes ayudados por yihadistas del Frente Fateh Al Sham (exbrazo sirio de Al Qaida) habían recuperado de manos del ejército y sus aliados el control del 70% del barrio de Sheij Said.

“Los rebeldes oponen una feroz resistencia, ya que saben que quedarán cercados si Sheij Said cae” en manos del régimen, aseguró Rami Abdel Rahman, director del OSDH.

Batalla clave del conflicto sirio, que ha causado más de 300.000 muertos en más de cinco años, Alepo se encuentra dividida desde 2012 entre un sector rebelde (este) y uno gubernamental (oeste).

Para controlar la totalidad de Alepo, el régimen lanzó el 15 de noviembre una brutal ofensiva para eliminar a los rebeldes de los barrios del este.

Desde entonces, han muerto en Alepo Este 307 civiles, de ellos 42 niños y 21 mujeres, según el OSDH. En Alepo Oeste, 59 civiles fallecieron por disparos rebeldes.

La Unicef está especialmente preocupada por la suerte de los 19.000 niños, que figuran entre los que han huido desde el 24 de noviembre.

“Lo más urgente ahora es proporcionar toda la ayuda que tanto necesitan estos niños y sus familias”, declaró en Ginebra Christophe Boulierac, portavoz de Unicef. “Es una carrera a contrarreloj, el invierno ya está ahí”, advirtió.

Acuerdos para evacuar

En respuesta a la indignación de la comunidad internacional, Rusia -aliado del régimen sirio- ha propuesto la creación de cuatro corredores humanitarios en Alepo-Este para evacuar heridos y llevar ayuda.

Rusia no participa en los actuales bombardeos de Alepo, pero su intervención militar de apoyo al régimen desde septiembre 2015 ha contribuido a debilitar a los rebeldes.

El régimen no sólo gana terreno en Alepo, también ha retomado el control en las últimas semanas de varias localidades en torno a la capital, Damasco.

El gobierno sirio ha llegado a acuerdos con los rebeldes para que evacúen estas localidades. Damasco los presenta como acuerdos de “reconciliación” y como una manera de poner fin a la guerra.

Pero estos acuerdos son criticados en cambio por las organizaciones de defensa de derechos humanos y por la ONU, que ven en ellos desplazamientos “forzados”.