Los familiares de los pasajeros del avión ruso que se estrelló hace un año en el Sinaí, en un atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), homenajearon este lunes a los fallecidos en una catedral de San Petersburgo.

Los presentes encendieron velas en la catedral de la Santísima Trinidad y guardaron un minuto de silencio a la hora en que el avión desapareció de los radares.

Un Airbus A-321 con destino a San Petersburgo, en el noroeste de Rusia, se estrelló el 31 de octubre de 2015 en la península egipcia del Sinaí, unos minutos después de despegar de la estación balnearia de Sharm el Sheij, causando la muerte de sus 224 ocupantes, en su mayoría rusos.

Las campanas de la catedral de San Isaac de San Petersburgo, segunda mayor ciudad del país, sonaron 224 veces en recuerdo a las víctimas.

Y en Egipto se celebró una misa por las víctimas en la catedral ortodoxa de Sharm el Sheij, en presencia del embajador de Rusia y de varios responsables locales.

El EI reivindicó el derribo del avión y afirmó haber introducido una bomba en su interior disimulándola en una lata de refresco. El grupo yihadista justificó entonces su atentado como un acto de represalia por los bombardeos rusos en Siria.

Unos días después del trágico incidente, Rusia suspendió todos sus vuelos con destino a Egipto, lo que supuso un duro golpe para el turismo, un sector clave en la economía del país árabe.

En noviembre de 2015, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que los investigadores rusos habían encontrado pruebas de la presencia de una bomba a bordo y prometió castigar a los responsables de lo ocurrido.

La investigación para determinar la causa exacta del siniestro sigue adelante, y los vuelos desde Rusia con destino a Egipto permanecen suspendidos.