Una fuente militar siria anunció el domingo que se alcanzó un alto el fuego entre los milicianos kurdos y las fuerzas del régimen en la ciudad siria de Hassaké (noreste), una información desmentida por una fuente kurda.
Esta ciudad del noreste de Siria ha sido escenario de violentos enfrentamientos desde el miércoles entre los kurdos, que controlan los dos tercios de la ciudad, y fuerzas del régimen sirio, con un saldo de al menos 43 muertos, incluyendo 27 civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En un intento por calmar las tensiones, una delegación de funcionarios rusos llegó el sábado a la ciudad vecina de Qamishli para mantener conversaciones con ambos bandos.
Una fuente militar siria dijo el domingo a la AFP que un acuerdo había sido alcanzado entre las fuerzas del régimen y combatientes kurdos después de dos días de mediación de Rusia, aliado de Siria.
El acuerdo incluye un cese de las hostilidades, la retirada de las tropas kurdas de las posiciones tomadas al régimen desde el miércoles y la evacuación de las víctimas civiles, precisó la fuente militar siria.
Sin embargo, una fuente militar kurda dijo a la AFP que el acuerdo no ha sido finalizado.
“No se ha llegado a un acuerdo sobre un alto el fuego o un regreso a las posiciones previas”, dijo esta fuente, que no quiso ser identificada, señalando que las negociaciones continuarán el lunes.
Enemigo común
Una periodista de la AFP constató que siete posiciones, tomadas por los kurdos, volvieron a manos del ejército, aunque otras tres quedaron en su poder.
Las fuerzas kurdas habían logrado avanzar en la ciudad, que da también su nombre a esta provincia del noreste de Siria, obligando a las milicias progubernamentales a batirse en retirada.
Tras violentos combates en la noche del sábado, las fuerzas kurdas avanzaron en dos barrios controlados por el régimen en el sur de la ciudad, An Nachua y Az Zuhur. Los milicianos kurdos también ganaban posiciones en otro barrio del sur, Gweiran, ésto según una fuente kurda.
El régimen sirio bombardeó el miércoles, por primera vez desde el inicio de la guerra Siria en 2011, posiciones kurdas en Hassaké, tras combates terrestres entre la milicia progubernamental (FDN) y los kurdos.
Estos bombardeos provocaron -también por primera vez- una intervención directa de los aviones de la coalición liderada por Estados Unidos, para “proteger” a sus fuerzas especiales que asesoran a los combatientes kurdos. Sin embargo, no hubo enfrentamientos directos entre ambas partes.
Los rusos son aliados del régimen sirio, al que apoyan militarmente desde hace cerca de un año frente a los rebeldes y a los yihadistas, pero mantienen también buenas relaciones con los grupos kurdos.
Los kurdos de Siria (15% de la población) autoproclamaron en marzo una “región federal”, con la aspiración de unir en un solo territorio las regiones que controlan en el norte de Siria.
Los combatientes kurdos se han convertido, sobre todo para Washington, en la fuerza más eficaz para combatir a los yihadistas del Estado Islámico (EI).