La determinación se conoce a horas de un congreso anual del Partido Conservador, que inicia bajo la sombra de encuestas a favor de la oposición laborista, el enojo ciudadano y serios vaivenes financieros, donde la libra esterlina y los mercados anotaron varios golpes.

El Gobierno del Reino Unido, liderado por los conservadores y la tercera mujer en el cargo, Liz Truss; decidió echar pie atrás y descartar su idea de rebajar impuestos a los más ricos.

Buscando un mayor crecimiento económico, con la presentación de su mini presupuesto, la recién asumida gestión bajaba de 45% a 40% las cargas tributarias para los tramos más altos.

La decisión causó una polémica financiera, tumbó la libra esterlina, desató protestas en las calles e incluso una rebelión interna en las filas de los “tories”.

Fue el ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, quien anunció este lunes que el Gobierno no avanzará con su plan.

“Está claro que la abolición de la tasa del 45% se había convertido en una distracción en nuestra misión primordial de abordar los desafíos de nuestro país. Como consecuencia, no seguiremos adelante con su abolición. Lo entendemos, y hemos escuchado”, señaló el ministro en un comunicado.

Lee también...

Convulsión en los mercados

El plan fiscal presentado por Kwarteng el 23 de septiembre había creado convulsiones en los mercados ante las dudas sobre la capacidad de Londres de asumir la deuda pública generada por la baja de impuestos, ante la ausencia de previsiones de crecimiento.

Truss, que asumió el poder hace menos de un mes, defendía todavía este domingo en una entrevista con la BBC la decisión de bajar los impuestos a los mayores ingresos, aunque la atribuyó directamente a su ministro de Economía.

El giro de 180 grados conocido este mañana, solo horas antes que Kwarteng pronuncie un discurso en el congreso anual de los conservadores en Birmingham, responde, según los medios británicos, a la amenaza creciente de diputados “tories” de votar en contra del plan en el Parlamento.

Con la renuncia a rebajar el impuesto sobre la renta a los más ricos, el titular de Economía considera que podrá “enfocarse en llevar a cabo las partes principales del paquete de crecimiento”.

¿Qué dice el plan del Gobierno del Reino Unido?

En primer lugar, Kwarteng citó que el plan de ayuda a hogares y empresas para pagar las facturas energéticas, que se dispararán en los próximos meses como consecuencia de la invasión rusa en Ucrania.

Kwarteng también proseguirá con su intención de “rebajar impuestos y poner dinero en los bolsillos de 30 millones de personas” y señala que impulsará las “reformas de las políticas de oferta”, incluida la aceleración de “grandes proyectos de infraestructura”.

En una entrevista posterior en la emisora de radio de la BBC, Kwarteng dijo que había tomado su decisión tras “escuchar a muchísima gente en todo el país y ver que (la reducción del tramo más alto) se había convertido en una enorme distracción”.

Pese a todo defendió que esa medida, que contaba con el visto bueno de Truss, que era solo “un elemento más dentro de un plan integral” y que, a su juicio, ni siquiera era el más relevante desde el punto de vista de la recaudación.

También consideró que la marcha atrás no obedece a “juegos parlamentarios” en alusión a la posible falta de respaldo por parte de los conservadores, sino que responde a “haber escuchado a votantes que habían expresado opiniones contundentes”.

Kwarteng descarta renunciar

El ministro no se plantea renunciar a su cargo, insistió en la misma entrevista, después que algunos de sus correligionarios hayan cuestionado la pertinencia de su continuidad en el gabinete.

Kwarteng pronunciará su discurso a partir de este mediodía en Chile en el centro de convenciones de Birmingham, donde los “tories” celebran hasta el miércoles su cita anual.

Truss, que se impuso a Rishi Sunak en las elecciones internas al liderazgo conservador, se dirigirá a la militancia el 5 de octubre, mientras que el martes lo harán los ministros de Exteriores, James Cleverly; e Interior, Suella Braverman.

El gobierno de Truss afronta este congreso con las encuestas en contra, pues su mal comienzo ha otorgado al Partido Laborista de Keir Starmer su mayor ventaja en veinte años, con un 54% del apoyo frente al 21% de los “tories” en un sondeo reciente.