Un centro de pruebas PCR en Holanda fue objetivo de un presunto ataque con un explosivo colocado en el exterior del edificio, que estalló a primera hora de este miércoles. El hecho provocó daños materiales, aunque nadie resultó herido según la policía neerlandesa, que acordonó la zona para investigar lo ocurrido.

El punto de pruebas se encuentra en la ciudad de Bovenkarspel, en la provincia de Holanda del Norte, a unos 60 kilómetros de Ámsterdam, y la policía asume que este centro era el objetivo del explosivo colocado frente al edificio y que estalló a las 6:55 hora local (05:55 GMT), según un breve comunicado de la Policía de la región, que habla de varias ventanas rotas por el siniestro.

En el momento del incidente sólo había un guardia de seguridad en el edificio, pero nadie resultó herido, tampoco entre los transeúntes que pasaban por la zona y que hablaron de una “explosión muy fuerte”.

Un equipo del servicio de desactivación de explosivos se trasladó al lugar del incidente para comprobar que no hay más material explosivo por la zona y, según la policía, se necesitarán varias horas para asegurar el área, limpiar los destrozos e investigar el incidente, por lo que el área está acordonada y toda las citas programadas hasta el mediodía han sido canceladas, según la televisión pública NOS.

“Ahora esto”

El ministro de Sanidad holandés, Hugo de Jonge, condenó el incidente. “Durante más de un año, hemos confiado mucho en las personas que están en primera línea y ahora esto. Una locura”, tuiteó.

Bovenkarpsel se sitúa en una zona de Holanda que sufre actualmente uno de los brotes más graves del país, con 81 contagios por cada 100.000 habitantes, frente a una media nacional de 27,2, según la televisión nacional NOS.

El departamento de salud pública holandés (GGD) condenó este “cobarde acto de destrucción”, “agresivo e intimidatorio”, y llamó a que su personal pueda trabajar “con seguridad”.

“No podemos decir todavía nada sobre las motivaciones”, dijo a la Agence France-Presse Menno Hartenberg, portavoz de la policía de la provincia de Holanda Septentrional.

El artefacto, “un objeto metálico entre un tubo y una lata (…) se colocó ahí y estalló cerca de la fachada del centro de diagnóstico”, explicó.

No es un caso aislado

No están claras las circunstancias que rodean lo ocurrido, pero no es la primera vez este año que se registran incidentes contra centros de pruebas en Países Bajos.

El 23 de enero, y durante las tensiones por la introducción del toque de queda, se incendió un puesto de PCR en Urk, en la provincia de Flevoland.

El llamado “Cinturón de la Biblia” holandés, en el centro de Holanda y que incluye Urk, registra una larga tradición antivacunas entre los protestantes conservadores.

Los disturbios, que se originaron allí y sacudieron el país durante varios días, fueron los más graves en varias décadas.

Los choques enfrentaron a agentes antidisturbios con grupos de manifestantes en Ámsterdam y en otras ciudades como Róterdam, donde hubo saqueos. Decenas de personas fueron detenidas.

Unos días después, la Policía neerlandesa encontró material inflamable con fuegos artificiales colocado en otro centro de pruebas en Hilversum, en Holanda del Norte, pero el explosivo fue detonado a tiempo.

Toque de queda ante tribunales

El toque de queda, en vigor de 21:00 a 04:30 hasta el 15 de marzo como mínimo, es el primero en este reino europeo desde la Segunda Guerra Mundial.

Esta medida centró una batalla judicial iniciada por un grupo opuesto a las restricciones sanitarias, que obligó al gobierno a aprobar una nueva ley para mantenerla.

El caso llegó ante la justicia de manos del grupo Viruswaarheid (Verdad sobre el Virus), que organizó muchas manifestaciones en Holanda desde el inicio de la crisis.

El profesor de danza Willem Engel, que se convirtió en uno de los opositores más influyentes a las medidas anticoronavirus, fundó el grupo que promueve además teorías complotistas sobre la pandemia.