La campaña de vacunación en Francia es extremadamente lenta comparada con otros países europeos, lo que ha desatado crecientes críticas de distintos sectores políticos, pero también del sistema de salud. La cautela, la burocracia, la logística son algunas de las explicaciones de este retraso que el Ejecutivo, asegura, corregirá pronto.

Alemania ha vacunado a 200 mil personas contra el covid-19, Reino Unido o Israel alcanzaron el millón de inoculados. En diez días, Estados Unidos se acercaba los tres millones. Este lunes, Francia había vacunado a tan sólo 516 personas.

Las críticas contra la campaña de vacunación llegan de todos lados. Es un “escándalo de Estado”, denuncia el presidente de la región Gran Este, el conservador Jean Rottner. Se trata de un “fiasco” personal del presidente Emmanuel Macron, fustiga el eurodiputado ecologista Yannick Jadot.

“Somos el hazmerreír del mundo. Fracasaron con las mascarillas, los controles fronterizos (…) y vacunamos en siete días a 450 personas. Es vergonzoso”, juzgó por su parte el vicepresidente del partido ultraderechista Agrupación Nacional, Jordan Bardella.

El cuestionamiento llega no sólo desde el ámbito político. El prestigioso profesor de genética Axel Kahn habla de “desastre” burocrático. “No podemos permitirnos mantener este ritmo. Los cálculos sugieren que se necesitarían 3.000 años para ser vacunado”, resumió por su parte el domingo Bruno Megarbane, jefe de la unidad de cuidados intensivos médicos y toxicológicos del Hospital Lariboisière de París. “La comunidad sanitaria no entiende por qué hay tanta diferencia con Alemania: Alemania vacuna 20.000 personas al día, nosotros estamos en 50″, denunció el sábado el Profesor Mehdi Mejdoubi, del centro hospitalario de Valenciennes, en BFMTV.

La estrategia en la mira

Una de las primeras razones que explican la lentitud francesa tiene que ver con su estrategia. A diferencia de Alemania, que ha priorizado por ejemplo la vacunación de su personal sanitario, París ha querido empezar por la población vulnerable de los geriátricos medicalizados, donde la mortalidad por covid-19 es particularmente alta.

Allí, la falta de infraestructura para mantener a temperaturas muy bajas la vacuna desarrollada por BioNTech/Pfizer se ha convertido en un obstáculo. A esto se añade que se ha otorgado un plazo de 5 días de reflexión luego de una entrevista médica de 30 minutos para decidir si quieren vacunarse.

La burocracia es en este contexto, señalada como un gran escollo para acelerar la vacunación. “La principal razón es la pesadez administrativa y la rigidez de los procedimientos de los organismos estatales, especialmente en el ámbito de la salud”, afirma el prestigioso especialista en la lucha contra el cáncer, Axel Kahn. El problema, agrega, es que el gobierno francés está “obsesionado con los chalecos amarillos, esencialmente antivacunas”.

Ciertamente, el gobierno, que ha optado por una vacunación opcional mientras hay 11 inoculaciones que son obligatorias, debe contar con una población particularmente hostil a darse el pinchazo. Sólo cuatro de cada 10 franceses quieren vacunarse contra el covid-19, según una encuesta publicada el martes, que da a Francia como el “campeón mundial” de países refractarios. Además del temor alimentado por el movimiento antivacunas, el peso de llamado “escándalo de la sangre contaminada” con VIH a mediados de los años 80 también pesa en la relación que los franceses tienen con las políticas sanitarias.

“Un paseo en familia”

Macron respondió el jueves en una declaración televisada que evitará una “lentitud injustificada” en la vacunación. Y este fin de semana se mostró irritado con el gobierno, al que acusó de parecer dedicarse a un “paseo de familia”. “Yo hago la guerra por la mañana, al mediodía, por la tarde y por la noche. Y espero el mismo compromiso de todos. Esto tiene que cambiar rápido y de manera contundente, y cambiará rápido y de manera contundente”, reporta que dijo el diario Le Journal du Dimanche.

En este marco, el portavoz del gobierno, Gabriel Attal, anunció el domingo una aceleración de la llegada de las dosis cada semana y un aumento de los medios para transferirlas a los geriátricos.

Para la segunda fase, a principios de febrero, el ministro de Salud Olivier Véran anunció “centros de vacunación en las ciudades”: no se tratará de “centros de vacunación” gigantescos que requieran kilómetros de recorrido, sino, a largo plazo, de lugares muy cercanos a nuestras ciudades”, añadió.

El Primer Ministro Jean Castex había asegurado el día anterior que en los próximos meses “la situación estará completamente equilibrada en cuanto a la vacunación en Europa”.

Según EFE, Esta tarde, Macrón encabezará una reunión especial de parte de su Gobierno para estudiar los retrasos en la campaña de vacunación contra el covid-19 y cómo acelerar el proceso.

El primer ministro, Jean Castex, y el titular de Sanidad, Olivier Véran, participarán también en esta reunión junto a otros miembros del Ejecutivo, indicaron fuentes oficiales.