El COVID-19 es particularmente peligroso para los mayores de 60 años. No obstante, los ciudadanos de Alemania siguen reaccionando con asombrosa compostura, aunque muy conscientes del creciente riesgo.

Werner Reuter tiene dudas. Tiene un evento planeado para personas mayores esta noche, en Bonn: varios artistas e invitados estarán congregados en una sola sala. “He estado cavilando durante mucho tiempo sobre si puedo o no asumir esta responsabilidad”, dice Reuter.

Por un lado, hace tiempo que preparó el “Escenario Abierto por y para Personas de la Tercera Edad”, al que invitó a los artistas y reservó la sala en el casco antiguo de Bonn. Por otro lado, sin embargo, sabe que la propagación del coronavirus es un peligro particular para los asistentes. Después de todo, todos tienen más de 60 años.

Werner es un pedagogo de arte y, a sus 72 años, él mismo pertenece al grupo de riesgo para el que la infección con el coronavirus puede tener un desarrollo particularmente peligroso. Pero como los eventos de menos de 1000 visitantes aún no han sido prohibidos por las autoridades alemanas, Reuter finalmente decidió llevar a cabo su “Escenario Abierto” este miércoles 11 de marzo.

Para reducir al mínimo el riesgo de infección, hay listas disponibles sobre las mesas. Los invitados al evento deben inscribirse: “Si alguien se infectara, al menos puedo informar a todos los demás rápidamente”, dice Reuter. De esa manera se puede rastrear la cadena de infección. Su esposa también le da instrucciones adicionales de seguridad en el camino:”Nada de abrazos, ¡mantén la distancia!”

Miedo a la soledad

Las personas que lentamente van llenando la sala de eventos son, en principio, conscientes de su susceptibilidad al coronavirus, y sin embargo no querían quedarse en casa. “Mi hija me insinuó que no debía venir aquí, pero no quise cancelar mi actuación”, dice Marion, de 72 años, que escribe poemas y los declamará esta noche. A pesar de que Marion sufre de una enfermedad bronquial crónica.

Lothar Heinrich también quería rodearse de gente esta noche. “Hace un tiempo me operaron y tuve que quedarme en casa durante mucho tiempo. No podía aguantar más la soledad”. Y luego añade con una sonrisa desafiante: “De todos modos, en algún momento tengo que morir”.

Werner Reuter conoce los problemas de sus invitados: “Especialmente para las personas mayores es un problema cuando ya no pueden reunirse con sus amigos o familiares”. Pero también señala: Hay significativamente menos asistentes que de costumbre, unas 18 personas. Normalmente vienen hasta 70 personas.

La población anciana de Alemania

Es comprensible que especialmente los más viejos estén pensando en COVID-19. Los análisis muestran que el virus se vuelve más y más peligroso con el aumento de la edad.

El virólogo berlinés Christian Drosten llega a conclusiones similares. Drosten parte de que la tasa de mortalidad entre las personas mayores de 80 años se sitúa de entre el 20 y el 25%. Las primeras muertes en Alemania también apuntan a un mayor riesgo para las personas mayores.

En Renania del Norte-Westfalia (NRW), una mujer de 89 años y un hombre de 78 años murieron. NRW es el más afectado de todos los estados federados: hasta este viernes 13 de marzo en la tarde había casi 1.300 casos confirmados, por lo menos 17 de ellos en Bonn, en donde se encuentra el “Escenario Abierto” de Reuters.

Alemania también está alarmada por este grupo de riesgo de personas mayores, ya que la nación en su conjunto tiene una población particularmente vieja. En la Unión Europea, Italia tiene la población más anciana, seguido de Alemania, que tiene casi 18 millones de personas mayores de 65 años.