Los franceses vivían este sábado un nuevo fin de semana complicado en los transportes, en plenos desplazamientos de fin de año, en el 24º día de huelga contra la reforma del sistema de pensiones, marcado por manifestaciones locales.

En vísperas de año nuevo, el movimiento social contra el proyecto del sistema “universal” de jubilaciones, deseado por el presidente Emmanuel Macron, se dirige hacia un nuevo récord.

Ya supera la huelga de 1995 en los transportes (22 días), y pronto podría ir más allá de los 28 días de paro en la SNCF (la empresa nacional de trenes) en 1986-1987, que tampoco dio tregua durante la Navidad, especialmente porque la reanudación del diálogo entre el gobierno y las organizaciones sindicales y patronales está prevista para el 7 de enero.

Varios sindicatos convocaron manifestaciones el sábado, a las que debían unirse los “chalecos amarillos”, el movimiento de protesta social y fiscal que nació en otoño (boreal) de 2018.

En París, unos 300 de ellos salieron de la céntrica plaza de la Bolsa con pancartas con lemas como “edad límite, edad tumba”, en referencia a la “edad de equilibrio” de jubilación que el gobierno quiere fijar en 64 años para 2027, o “Huelga, bloqueo, Macron lárgate”.

Estos “chalecos amarillos” podrían converger con la manifestación organizada en París por varios sindicatos.

“Pensar en la jubilación es complicado para muchos de nosotros pues ya es difícil llegar a fin de mes, en cambio, en el fondo, es el mismo combate”, declaró un “chaleco amarillo”.

El principal sindicato de maquinistas de la SNCF llamó a manifestarse en varias ciudades de Francia.

Para los viajeros, la situación era complicada: circulan hasta el domingo por la noche 6 de cada 10 trenes de alta velocidad.

En París, seis líneas de metro de un total de 16 estaban cerradas el sábado.

Tras días de silencio, el discurso de fin de año del presidente francés Emmanuel Macron del 31 de diciembre es muy esperado.