El socialista Pedro Sánchez no podrá renovar el mandato presidencial con el único apoyo de su grupo, por lo que estará obligado a pactar con otras fuerzas parlamentarias con el consiguiente riesgo de que se produzca un nuevo bloqueo político.

Evitando cualquier autocrítica y nada más conocerse los resultados, Sánchez hizo un llamado a todos los partidos políticos, salvo a la extrema derecha, para desbloquear la situación lo dijo ante cientos de seguidores congregados en la sede madrileña del partido. Algunos de ellos portaban pancartas pidiendo una actualización de izquierdas.

Los socialistas esperaban una mayoría más clara pero no solo perdieron tres diputados, sino que la izquierda antiliberal de Unidos Podemos también se debilitó, lo que dificulta todavía más cualquier acuerdo de gobierno para el que los socialistas también necesitarían el apoyo o la abstención de los partidos independentistas catalanes y vascos.

Una de las grandes ganadoras de este domingo es la extrema derecha del partido Vox que contó un millón de votantes más que el año pasado y se convierte en la tercera fuerza política más votada de España.

Entre los factores que contribuyeron al auge de esa formación de ultra derecha está el agravamiento del conflicto independentista en Cataluña donde la extrema derecha reclama mano dura para frenar a los separatistas, y que le ha reportado a Vox, un buen número de votos de ciudadanos que exigen acciones más contundentes en esta región. E incluso la intervención de la autonomía por parte del gobierno central.

Este discurso radical ha calado en buena parte del electorado que considera demasiado tibia la actitud del gobierno socialista hacia Cataluña.

Vox también resultó favorecido por la desconfianza hacia la clase política y desde luego por la explotación del sentimiento patriótico que antepone los intereses de los españoles a cualquier proyecto comunitario ya sea en España o en Europa.

Su líder, Santiago Abascal, supo capitalizar el voto más radical del conservadurismo para doblar sobradamente su presencia parlamentaria a pesar de sus proclamas xenófobas, los ataques a la migración irregular y su declarado antifeminismo