El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, exhortó el sábado a Estados Unidos a dar muestras de “respeto” hacia sus aliados y a dar la espalda “al egoísmo nacional”, durante la conmemoración del 30ª aniversario de la caída del Muro de Berlín.

Si bien estas celebraciones tenían un carácter de consenso, Steinmeier, cuyo rol es honorífico pero es considerado como la autoridad moral del país, señaló en esta ocasión la degradación de las relaciones transatlánticas en los últimos años.

Delante de la mítica Puerta de Brandemburgo, símbolo hasta 1989 de la “división de Alemania”, el presidente alemán describió en su discurso el rol preponderante que jugó Estados Unidos, “el brazo fuerte del Oeste”, en la caída del telón de acero hace tres décadas.

“Nosotros, los alemanes, debemos mucho a ese Estados Unidos. A ese Estados Unidos como socio mutuametne respetuoso, socio para la democracia y la libertad, contra el egoísmo nacional: eso es lo que espero también para el futuro”, declaró Steinmeier, en una clara alusión a la administración actual en Washington.

Tensiones

El presidente estadounidense, Donald Trump, que no ha visitado oficialmente Alemania desde su elección en 2016 y prometió construir un muro entre su país y México, calificó el sábado a Alemania como “uno de los más preciados aliados” de Estados Unidos.

Pero las relaciones entre Alemania y Estados Unidos nunca fueron tan tensas en el periodo de posguerra como lo son hoy desde la elección de Trump, debido a los litigios sobre el gasto militar o sobre el comercio.

Más allá de esto, el actual presidente estadounidense ha criticado repetidamente a la Unión Europea.

El mandatario francés, Emmanuel Macron, criticó esta semana que “por primera vez, tenemos un presidente estadounidense que no comparte la idea del proyecto europeo”.

El sábado, antes de viajar a Berlín, Macron recordó en Twitter: “Hace 30 años, el Muro de Berlín no cayó. Fue derribado por el valor de miles de mujeres y hombres deseoso de libertad. Abrieron la vía a la reunificación de Alemania y a la unidad de Europa”, escribió.

En un mensaje a la Nación para conmemorar el fin de la cortina de hierro, Steinmeier lamentó: “Nuevos muros han surgido que cortan en dos a nuestro país, muros construidos con frustración, erigidos sobre la ira y el odio”.

Desde el punto de vista de la política interior, Alemania no muestra el entusiasmo que se respiraba hace 30 años.

Las fisuras políticas y económicas entre el Este y el Oeste, más rico, siguen estando omnipresentes y se dejan sentir por ejemplo con el avance en el Este de la extrema derecha representada por la formación Alternativa por Alemania (AfD) en la que fue la RDA comunista, donde numerosos habitantes se sienten tratados como ciudadanos de segunda.

El derribo de la edificación de cemento de más de 150 km de largo marcó el final de un mundo dividido, y despertó la esperanza de una larga época de distensión y unidad.

Estos deseos han desaparecido hoy, donde se respira un aire de Guerra Fría entre Occidente, por una parte, y Rusia y China, por otra.

Incluso entre antiguos aliados en el Oeste hay un ambiente de discordia. Macron echó leña al fuego al afirmar que la OTAN se hallaba en estado de “muerte cerebral”, y la canciller alemana Angela Merkel dejó su tono diplomático para responder que no compartía esa visión “radical”.

Defensa de la democracia

Merkel y Macron se reunirán el domingo por la noche en Berlín en una cena informal, en presencia de los actores de la caída del Muro.

La canciller pidió el sábado a Europa defender sus valores fundamentales como “la democracia y la libertad” ante los crecientes desacuerdos.

“El Muro de Berlín pertenece a la historia y nos enseña que ningún muro que deja fuera a la gente y restringe la libertad es tan alto o tan largo que no pueda franquearse”, agregó la canciller, en la capilla de la Reconciliación, un lugar histórico y emblemático de Berlín.

Algunos países de Europa del Este como Hungría y Polonia, pioneros sin embargo en la oposición a la dictadura comunista en los años 1980, están hoy acusados por la Unión Europea de no respetar plenamente el Estado de derecho.

Pese a este contexto sombrío, los berlineses celebraron la caída del Muro que dividió su ciudad durante más de 28 años.

Su derrumbe, la noche del 9 de noviembre de 1989, se desarrolló de forma pacífica y las imágenes de perfectos desconocidos del Este y el Oeste abrazándose dieron la vuelta al mundo.

Este sábado, aficionados del equipo de fútbol berlinés Hertha derribaron de manera simbólica un “Muro” de cartón erigido sobre el campo antes del comienzo del partido de la Bundesliga frente al Liepzig.