El primer ministro italiano Giuseppe Conte renunció oficialmente este martes a su cargo tras el divorcio definitivo entre el antisistema Movimiento 5 Estrellas y la ultraderechista Liga de Matteo Salvini.

La renuncia, anunciada pocas horas ante las dos cámaras del Parlamento, fue presentada por Conte ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, tras la crisis de gobierno desatada por Salvini, quien ejerce también como ministro del Interior.

El presidente deberá explorar ahora las posibles salidas a la crisis a través de dos días de consultas con las fuerzas políticas que iniciarán el miércoles.

Se barajan muchas hipótesis, entre ellas la posibilidad de un nuevo gobierno liderado por Conte que evite el aumento previsto del IVA y elabore los presupuestos para el 2020.

“Asumo la responsabilidad ante el país, dado que a Salvini le falta ese coraje y ha demostrado falta de lealtad”, anunció Conte ante los diputados pocas horas después de haber anticipado su renuncia ante el Senado.

“El gobierno se acabó”, decretó Conte ante los senadores en un discurso enérgico, claro y directo, interrumpido por aplausos y gritos de protesta.

El primer ministro criticó duramente al líder ultraderechista de la Liga por su comportamiento político, que tildó de “irresponsable” y “oportunista”, que “no respeta las reglas” y que usa en forma inadecuada los símbolos religiosos en manifestaciones políticas.

Al aliado de gobierno por 14 meses, a quien llamó en varios ocasiones, “querido Matteo”, lo acusó de haber remado siempre en contra del gobierno pactado hace 14 meses entre la Liga y el antisistema Movimiento 5 Estrellas.

“En muchas ocasiones invadió el campo de otros ministros, los criticó y quebró la unión del equipo de gobierno“, resumió el primer ministro.

El complicado acuerdo entre la Liga y el M5E se quebró definitivamente después de la crisis desencadenada el 8 de agosto por Salvini, al pedir elecciones anticipadas aprovechando la notable popularidad alcanzada.

Salvini no se arrepiente

Por su parte Salvini respondió con un discurso con tono de propaganda desde los escaños de su partido y en varias ocasiones fue interrumpido.

“No me arrepiento de nada”, dijo, tras gritar que representa a “un pueblo soberano”, que “no teme nada”, “libre”, suscitando la ira de buena parte de los senadores.

“Hace semanas, creo meses, que ya pensaban en cambiar alianza”, acusó Salvini, al denunciar la posibilidad de que nazca un nuevo gobierno con otra coalición de la que formaría parte el M5E, vencedor de las elecciones del 2018 con el 32% y el Partido Democrático centro-izquierda), segundo con el 18%.

La crisis desatada en pleno verano, no solo generó preocupación por la estabilidad económica, sino que terminó por acercar a dos formaciones políticas hasta ahora rivales, una alianza que podría frenar el impresionante avance de Salvini y su política de extrema derecha.

Con su habitual tono arrogante, Salvinin ha seguido ofreciendo un “gobierno fuerte” a sus aliados y pidió, como es su costumbre, la protección de la virgen Maria y San Juan Pablo II mientras exhibía un rosario.