La fiscalía italiana ordenó este martes el desembarco de los cerca de 90 migrantes a bordo del barco humanitario español Open Arms, anclado desde hace días frente a la isla siciliana de Lampedusa.

La decisión fue tomada por el fiscal de Agrigento (Sicilia), Luigio Patronaggio, tras una inspección de la policía judicial con dos médicos, precisaron las autoridades en un comunicado.

La negativa de Roma gatilló que España anunciara este martes el envío de uno de sus buques militares con el objetivo de poner fin a la “emergencia humanitaria” suscitada en su interior.

Madrid incluso había propuesto que Open Arms recalara en Algeciras, lo que fue desechado por el mismo barco y la inviabilidad de la idea.

“¿Quiere que naveguemos 950 millas, unos 5 días más, a Algeciras, el puerto más lejano del Mediterraneo, con una situación insostenible a bordo?”, se preguntó el domingo en Twitter el fundador de la ONG, Óscar Camps.

Con anterioridad, el viernes, el mismo Camps le había pedido a Italia respetar la justicia y permitir el ingreso de barcos con migrantes, ya que este país tiene un acuerdo con otros seis países europeos para acogerlos.