La inflación en Reino Unido aumentó en julio un 2,1% respecto al año pasado, anunció este miércoles la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) británica, pero se mantiene en unos niveles estables antes del Brexit, previsto para el 31 de octubre.

Los precios ya habían aumentado en junio un 2,0% y para el mes pasado las previsiones apuntaban a un incremento del 1,9%. Finalmente el crecimiento fue ligeramente superior a lo previsto por los analistas de la agencia Bloomberg.

Según la ONS, esta aceleración se debió a un aumento del precio de los zapatos, los videojuegos y las habitaciones de hotel.

Pese a este incremento, la inflación británica se mantiene en torno al 2%, considerado por el Banco Inglaterra como el nivel adecuado para garantizar un crecimiento económico sostenible.