La justicia rusa anunció el martes la apertura de una investigación por “desórdenes masivos” tras una manifestación opositora el pasado sábado en Moscú que se saldó con cerca de 1.400 detenciones.

“Los investigadores han determinado que un grupo de personas había difundido en la víspera de la manifestación no autorizada llamados a participar por internet, admitiendo implícitamente que esas acciones podían desembocar en desórdenes masivos” explicó el Comité de investigación ruso en un comunicado.

Las penas por ese crimen pueden llegar a 15 años de cárcel.

Los investigadores acusan a los manifestantes de “violación flagrante del orden público” y de “violencia contra las fuerzas del orden”, así como de haber roto el cordón de seguridad policial para manifestarse en el anillo vial que rodea del centro de Moscú, “paralizando” así la circulación.

La Fiscalía rusa advirtió por su partes que reaccionará “con severidad” ante manifestaciones no autorizadas.