El ministro del Interior italiano, el ultraderechista Matteo Salvini, prohibió este viernes el desembarco a 135 inmigrantes rescatados en el Mediterráneo, que permanecerán en un barco de la guardia costera italiana hasta que se llegue a un acuerdo en Europa para su reparto.

Salvini, que aplica la línea de mano dura contra la migración, anunció personalmente que “no dará autorización” para el desembarco hasta que Europa no se comprometa concretamente a recibir a todos los migrantes a bordo.

Por su parte el ministerio del Interior precisó que el gobierno “ha solicitado oficialmente a la Comisión Europea” que coordine las operaciones para la distribución entre los países de los migrantes que se encuentran actualmente a bordo.

La Guardia Costera intervino esta semana para ayudar a dos barcazas que se encontraban a la deriva con migrantes a bordo y que fueron rescatados por pescadores tunecinos e italianos.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) denunció el jueves la posible muerte de 115 migrantes en un naufragio frente a las costas de Libia.

Los cerca de 50 migrantes salvados por el barco pesquero italiano tuvieron que esperar 24 horas a 50 millas náuticas de Malta antes de ser conducidos a aguas italianas, donde esperan la autorización para desembarcar.

“Les dimos agua y galletas … nos mantuvimos en contacto permanente con los guardacostas (italianos). Malta nunca respondió”, contó a los periodistas el capitán del barco de pesca, Carlo Giarratano, desde Sicilia.

Los guardacostas rescataron también a 77 personas, en su mayoría mujeres y niños, tres días después de zarpar de Libia, los cuales se encuentran en la isla de Lampedusa, en Italia.

Ningún barco de las organizaciones humanitarias está operando en este momento en el Mediterrráneo debido a que muchos de ellos han sido incautados por la justicia italiana.

Según el presidente francés, Emmanuel Macron, 14 Estados han aprobado un plan para la repartición de los refugiados rescatados en el Mediterráneo, y ocho se comprometieron a participar activamente.

En las negociaciones no participó Salvini, el cual considera que con ese acuerdo Italia “sigue siendo el campo de refugiados de Europa”.

El asunto de los miles de refugiados que intentan llegar a Europa atravesando el Mediterráneo divide al viejo continente y es un tema que Salvini ha usado para su batalla política contra la llamada invasión de los migrantes.

El mes pasado, las autoridades italianas arrestaron a la capitana del barco humanitario Sea-Watch, la alemana Carola Rackete, después de que ella chocara contra una lancha italiana mientras atracaba sin permiso en Lampedusa.