Scotland Yard anunció el viernes por la noche que había abierto una investigación criminal sobre las filtraciones a la prensa de cables diplomáticos muy críticos con el presidente estadounidense, Donald Trump, que provocaron la dimisión del embajador británico en Washington.

“La unidad antiterrorista de la policía metropolitana [de Londres], que tiene la responsabilidad nacional de investigar sobre las alegaciones de delitos penales de la ley sobre los secretos oficiales, abrió una investigación criminal” anunció el jefe adjunto de Scotland Yard, Neil Basu, en un comunicado.

“Teniendo en cuenta las consecuencias ampliamente comunicadas [en los medios] de esta filtración, estoy convencido de que esto ha perjudicado a las relaciones internacionales de Reino Unido y que claramente sería de interés público llevar ante la justicia al o los responsables”, añade Basu.

En sus telegramas publicados en la prensa el sábado pasado, el embajador británico, Kim Darroch calificaba a Donald Trump de “inestable” e “incompetente” y a la administración estadounidense de “disfuncional”.

Donald Trump reaccionó el lunes asegurando ya no mantendría “más trato” con Kim Darroch, un “tipo muy estúpido”. También criticó a la primera ministra conservadora saliente Theresa May, que mostró su apoyo al diplomático.

El embajador anunció finalmente su dimisión el miércoles, una salida que May consideró “muy lamentable”.

El gobierno británico anunció la apertura de una investigación para encontrar al o los responsables que permitieron que el diario The Mail on Sunday publicara los informes confidenciales.

“Perseguiremos al culpable con todos los medios a nuestra disposición”, declaró el miércoles Simon McDonald, jefe de los servicios diplomáticos británicos delante del comité de Relaciones Exteriores.

Donald Trump, aparentemente más calmado, deseó el viernes “buena suerte” al exembajador británico y declaró a periodistas en Washington que Londres debía solucionar su “problema de filtraciones”.

Justin TALLIS / AFP
Justin TALLIS / AFP