En las imágenes difundidas por las cadenas alemanas se puede ver como la canciller, que el próximo 17 de julio cumplirá 65 años, sufre un nuevo episodio de espasmos mientras suena el himno alemán, durante la recepción con honores militares del primer ministro finlandés, Antti Rinne.

Se trata del tercer episodio de espasmos que sufre Merkel en público en poco más de tres semanas, y en esta ocasión, a diferencia de las dos anteriores, aparentemente no trató de controlar los temblores.

“Me encuentro muy bien. Ya dije recientemente que todavía me encuentro en una fase de procesamiento (del incidente) de los honores militares con el presidente Zelenski. Aparentemente no está finalizado del todo, pero hay progresos y tendré que vivir con ello un tiempo” , declaró la propia Merkel en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro finlandés.

La canciller aseguró que “no hay de qué preocuparse” y reiteró que se encuentra “muy bien”.

Todo lo que se puede decir

La portavoz adjunta del gobierno, Ulrike Demmer, insistió también en la posición del Gobierno alemán hasta ahora, negando problemas de salud de la canciller: “La canciller está bien”, aseguró Demmer, en una rueda de prensa ordinaria, ante las preguntas insistentes de la prensa. Tras los honores militares, según Demmer, Merkel se entrevistó con Rinne “según lo planeado”.

La canciller, agregó la portavoz, ha cumplido en las últimas tres semanas perfectamente con toda su agenda. Todas las ruedas de prensa que ha celebrado Merkel en estos días “son una prueba de que el gobierno está trabajando magníficamente, de manera constructiva y con mucho empeño”, subrayó.

A la pregunta de si además de los tres episodios de temblores en público, Merkel ha sufrido más espasmos que no han trascendido, Demmer señaló que sobre el tema en cuestión ya ha dicho todo lo que se puede decir.

“Procesamiento” de incidentes anteriores o “deshidratación”

En una rueda de prensa conjunta con el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, en el marco de la cumbre del G20 en Osaka, Merkel se pronunció el pasado día 29 por primera vez de forma explícita sobre su salud al asegurar que se encuentra bien.

A una pregunta al respecto de un periodista la canciller dijo entender el interés aunque agregó que no tenía “nada particular de qué informar. Me encuentro bien. Estoy convencida de que de la misma manera que esta reacción hizo su aparición, también volverá a desaparecer”, zanjó.

También los portavoces del Gobierno afirmaron que la canciller se encuentra bien y capacitada para cumplir con sus obligaciones.

Tras el primer episodio de temblores, el pasado día 18 durante la recepción con honores militares del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, Merkel trató de sacar hierro a las especulaciones sobre su salud y atribuyó los espasmos a un supuesto problema de deshidratación.

A la semana siguiente, la canciller volvió a temblar visiblemente durante un acto celebrado en el palacio de Bellevue, la sede de la Presidencia alemana.

Como la primera vez, Merkel trató de contener los temblores y poco después se la veía rechazando un vaso de agua que le ofrecía un asistente.