Una canícula de una precocidad sin precedentes para un mes de junio desde hace más de 70 años comenzó a azotar el lunes a Francia, con temperaturas que podrían superar los 40° esta semana en varios países de Europa.

La ola de calor viene del Sahara y con el calentamiento global, causado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero, estos fenómenos, que antes eran excepcionales, podrían repetirse con más frecuencia, advierten los científicos.

Las autoridades francesas emitieron una alerta canícula “naranja” para la región parisina. El país teme que se repita una ola de calor como la de 2003, que causó la muerte de 15.000 personas, principalmente ancianos.

El lunes, las tiendas de electrodomésticos eran tomadas por asalto por parisinos en búsqueda de ventiladores. “Fui a comprar un ventilador pero los estantes estaban vacíos”, explica Anne-Sophie Vigier, una rubia de 30 años, a la salida de un centro comercial en el sur de París, donde hacia el mediodía el termómetro apuntaba 32°.

En los jardines del Trocadero, los turistas se paseaban con gorras y sombreros, ¡y hasta paraguas! para protegerse del sol. “Amigos turistas, esta semana va a hacer mucho calor. No se olviden de protegerse del sol e hidratarse regularmente”, se podía leer en la cuenta oficial de la Torre Eiffel en Twitter.

Las autoridades han emitido advertencias contra la deshidratación, en particular para los niños y los ancianos, y los hospitales han sido puestos en alerta máxima.

Las temperaturas serán más intensas a partir del jueves, según las agencias meteorológicas, y es probable que la alta humedad dificulte aún más las condiciones, especialmente por la noche.