El gobierno de Vladimir Putin aseguró este lunes que sigue “muy atentamente” el caso de un periodista ruso inculpado por tráfico de drogas que suscita “muchas preguntas” y está movilizando en su favor a medios independientes y estatales de todo el país.

“Seguimos muy atentamente cómo avanza el caso”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, y aseguró que existen “muchos interrogantes”, aunque rechazó poner en duda su confianza en las fuerzas de seguridad rusas.

El movimiento de apoyo al periodista Iván Golunov, de 36 años, en arresto domiciliario desde la semana pasada, se amplificó este lunes.

“Yo soy, nosotros somos Iván Golunov”, rezaba este lunes la portada conjunta de tres influyentes periódicos, RBK, Vedomosti y Kommersant.

Golunov, un periodista de la web de información Meduza, conocida por sus investigaciones sobre la corrupción en el ayuntamiento de Moscú o en sectores como el de los microcréditos y las pompas fúnebres, fue detenido el pasado jueves en el centro de la capital rusa.

En su bolsa encontraron cuatro gramos de mefedrona, una droga sintética, según la policía, que afirma que también descubrió grandes cantidades de droga en su apartamento. Según los agentes, el periodista intentó vender “una cantidad importante” de mefedrona y también de cocaína.

“Creemos que las pruebas de culpabilidad de Iván Golunov, proporcionadas por los investigadores no son convincentes y que las circunstancias de su arresto hacen pensar en que tuvo lugar violando la ley”
, apuntan RBK, Vedomosti y Kommersant en su declaración común.

“No descartamos que la interpelación y el arresto de Golunov estén relacionados a sus actividades profesionales”, añaden.

Desde el arresto del periodista muchos de sus colegas, también de los medios oficiales, así como artistas y políticos, le dieron su apoyo. Más de 66.000 personas firmaron además una petición para exigir su liberación en la web Change.org.

Desde el viernes muchos rusos acuden uno por uno con una pancarta ante la sede de la policía en Moscú para manifestarse, la única manera permitida en Rusia de manifestarse que no necesita una autorización previa de las autoridades.

ARCHIVO | Agence France-Presse
ARCHIVO | Agence France-Presse

Según periodistas y organizaciones de defensa de la prensa, el arresto de Iván Golunov, que puede ser condenado a hasta 20 años de prisión, es una nueva etapa en las presiones a los medios rusos.

El sábado centenares de personas se reunieron en un tribunal donde un juez iba a pronunciarse sobre el encarcelamiento del periodista que pide la acusación. Cuando el juez decidió el arresto domiciliario, se oyeron gritos de júbilo en el exterior.

“Iván fue liberado de prisión y puesto en arresto domiciliario y este éxito es el resultado de una campaña de acción sin precedentes contra su arresto ilegal”, dijo a la AFP el redactor jefe de Meduza, Iván Kolpakov.

“No habíamos visto una solidaridad periodística así desde hace muchos años”, añadió.

Las televisiones públicas rusas cubrieron ampliamente el caso y no dudaron en apuntar las incoherencias de la policía.

La redactora jefe de la televisión RT, Margarita Simonian, publicó una declaración de apoyo a Iván Golunov pidiendo a las autoridades que respondan a “todos las preguntas que tiene la sociedad”, sobre el caso.

Incluso María Zajárova, la conocida portavoz de Exteriores del gobierno, pareció tomar posición a favor del periodista al publicar en Facebook un enlace a un artículo en el que la policía reconoce que algunas fotos que muestran un presunto taller de fabricación de drogas no fueron tomadas en el apartamento de Golunov.

En su declaración común, Kommersant, Vedomosti y RBK exigen “una verificación detallada de los actos de los policías implicados en el arresto de Iván Golunov (…) y una transparencia máxima durante la investigación”.