En la Plaza de la Revolución desfila casi un millón de personas por el 1 de mayo. Lanzan consignas contra el imperialismo frente a un palco ocupado por líderes comunistas de Cuba y Rusia. El cerco de Washington contra la isla revive un escenario de Guerra Fría en La Habana.

El Día del Trabajo es tal vez aquel en el que más madrugan los funcionarios pese a ser feriado. En la penumbra, los trabajadores se reúnen en distintos puntos de la ciudad, algunos con el reguetón a todo volumen.

Emprenden rumbo hacia la Plaza, donde la marcha empieza puntualmente a las 07H00 locales (11H00 GMT) y tiene como telón de fondo el rostro gigantesco del Che Guevara, aún iluminados por la luz artificial nocturna.

El primero en llegar al palco de honor al pie de un monumento a José Martí es el presidente Miguel Díaz-Canel, quien acaba de cumplir un año en el cargo. Lleva sombrero y guayabera blanca.

Pero el desfile no comienza hasta el arribo de Raúl Castro, líder del único y gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC). Actividades similares se realizaron en otros puntos del país, convocadas por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

Abren la marcha los médicos, muchos de ellos con servicios en el extranjero, importante ingreso de la economía cubana.

Agence France-Presse
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Respaldo a Maduro

La consigna de la marcha es rechazar la arremetida de la administración de Donald Trump contra la Venezuela de Nicolás Maduro, aliado socialista e importante proveedor de combustible.

Tras el fallido levantamiento el martes contra el presidente de Venezuela, Trump amenazó con un “embargo total” a Cuba si no cesa en su apoyo militar a Maduro.

“Rechazamos enérgicamente la amenaza de bloqueo total y completo de Trump contra Cuba. No hay operaciones militares, ni tropas cubanas en Venezuela (…) Basta ya de mentiras”, respondió Díaz-Canel en Twitter.

Washington mantiene un embargo sobre Cuba desde 1962, que reforzará a partir del jueves cuando entre en vigor el título III de la ley Helms-Burton, que permite reclamar en tribunales de Estados Unidos indemnizaciones por bienes nacionalizados en la isla tras la revolución de 1959.

“Estoy aquí respaldando la revolución y a este presidente (Díaz-Canel), a la memoria de Fidel, a Raúl que nos ha enseñado que es la unidad la que nos saca de los problemas,
de las sanciones que ponga Estados Unidos o quien sea”, dice a la AFP el electricista Julio González.

Pero esto es el Caribe. No hay paso marcial ni armas en ristre. El rechazo a las amenazas de Trump es al son de tambores, cornetas, rumba y conga.

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Un viejo amigo

Antes de iniciar el desfile, se transmite en la plaza la grabación de un discurso de Fidel Castro (1926-2016) del 1 de mayo de 2001: “Revolución es (…) cambiar todo lo que debe ser cambiado…”. No hay más oradores, a diferencia de otros años.

En pleno roce con Washington, aparece en el palco un viejo aliado -aunque como la Unión Soviética- de épocas de Guerra Fría.

El vicepresidente del Partido Comunista de la Federación Rusa (CPRF), Iván Mélnikov, observa el desfile junto a Raúl, a quien luego entregará la orden Lenin que concede su partido.

La marcha continúa. Abundan las fotos de Fidel y de Raúl, del Che y alguna de Díaz-Canel. Muchos padres llevan a sus niños sobre sus hombros. Parece un carnaval.

“En Cuba esto es una celebración. En el contexto actual de una agresión cada vez más constante y reforzada del imperialismo norteamericano, esta es una respuesta (…) a las amenazas a Venezuela, pueblo al que le ratificamos nuestra solidaridad”, considera la líder estudiantil Heidy Villuendas, de 27 años.

“Estamos preparados”

“Vamos sin miedo, baje o suba la marea, sumando ideas, gallo de pelea”. En medio de un bosque de banderas cubanas, los militares cierran la marcha, entonando una canción dedicada a la juventud comunista de Cuba.

La mayoría de los oficiales lleva pancartas con una imagen de Trump con un ladrillo en uno de sus ojos.

Vestido de verde olivo, el suboficial del Ministerio del Interior Guillermo Aguilar, de 32 años, tiene claro su trabajo.

“Es una guerra que siempre estamos enfrentando, una agresión que ya estamos acostumbrados a enfrentar y para la cual estamos preparados y seguiremos preparados, y a seguir luchando siempre junto al pueblo”, asegura.