El lunes 15 de abril de 2019 quedará marcado para Francia, después que la Catedral de Notre Dame se incendiara y pusiera en riesgo los más de 800 años de la construcción gótica, considerada el monumento histórico más visitado de Europa.

Aunque tras el incendio empresarios, ciudadanos, millonarios y el gobierno de Emmanuel Macron reaccionaron con anuncios de reparaciones y enormes aportes a la reconstrucción de la catedral, visiblemente dañada por el fuego, lo cierto es que la construcción había sido descuidada a lo largo de la historia.

Un reportaje elaborado en 2017 por Hugo Passarello, de Radio Francia Internacional daba cuenta de de la evidente falta de mantenimiento que registraba el monumento, con la caída de piezas, gárgolas que eran reemplazadas con tubos de PVC y el uso de material de mala calidad en las reparaciones.

Pese a que al ojo de los turistas la fachada parecía conservarse en plenitud, el presidente de la asociación Amigos de Notre Dame, Michel Picaud, explica que cualquier piedra o estructura dañada es trasladada al patio de la catedral y ocultada a los 13 millones de personas que visitan cada año este templo católico.

“Se fueron cayendo en las últimas décadas consecuencia de la contaminación, de las lluvias, y de la degradación del edificio. Toda va de mal en peor. El nivel restauración de la catedral que se implementa hoy no es suficiente para mantenerla”, explicó Picaud.

Hugo Passarello Luna | RFI
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La construcción de Notre Dame inició en 1163 y concluyó en el siglo 14, tras varios papados y reinos, bajo el estilo gótico y siendo una de las últimas iglesias en pie bajo esa corriente artística.

Desde sus inicios las gárgolas fueron un emblema de este monumento, aunque durante años fuesen ignoradas por los parisinos, causando el deterioro de las estatuas.

En el techo de la iglesia se podían observar piedras o restos de gárgolas, que se han caído durante los años, siendo evidencia de la desidia con que se realizaban mantenimientos a la catedral y la falta de presupuesto.

Incluso, como las gárgolas no sólo eran un elemento decorativo, sino que también funcionaban como desagüe, algunas seguían ahí pese a estar destruidas, aunque luzcan como un pedazo de piedra e incluso algunas tengan un su interior tubos de PVC.

Hugo Passarello Luna | RFI
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Mala reparación

El peor momento para la Catedral de Notre Dame fue a mediados del siglo XIX, luego que durante la Revolución Francesa fuese atacada constantemente, incluyendo gárgolas “degolladas”, además de la mala reputación del estilo gótico, considerado como una herencia de los godos, según el artista italiano del Renacimiento, Giorgio Vasari.

Pero el éxito de la novela Nuestra Señora de París de Víctor Hugo, trajo consigo la revalorización de la catedral, por lo que en 1844 el rey Luis Felipe I (último monarca francés) encargó al arquitecto Eugène Viollet-le-Duc la restauración de Notre Dame.

Viollet-le-Duc no sólo reparó la iglesia, sino que reconstruyó gran parte de la edificación y cambió casi todas las piedras en un plazo de 20 años.

“Viollet-le-Duc, el gran restaurador del siglo 19, quería ir rápido, muy rápido. Entonces trae las piedras de 22 canteras diferentes, en un radio de 150 km. de París (…) Es piedra calcárea, se deshace como manteca”, afirmó André Finot, vocero de la Catedral de Notre Dame.

Finot considera que el arquitecto habría sido engañado sobre la calidad de los materiales que utilizó en la reparación, mostrando que las piedras instaladas en el siglo XIX muestran diferentes niveles de degradación.

“Si vemos estas dos piedras, que fueron cambiadas al mismo tiempo, no podemos explicar por qué una está toda lisa, sin ningún problema, y la de arriba está completamente dañada. Solo hace falta pasar el dedo y la piedra se hace arena. Imagínate lo que hace una ráfaga de viento, que barre todo esto. Es por eso que se caen. No hay nada que las sostenga”, explicó.

Hugo Passarello Luna | RFI
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Restauraciones y mantenimiento

Picaud dijo en aquella ocasión que para el mantenimiento apropiado de Notre Dame se requieren en torno a 5 millones de dólares, un dinero que incluye el pago de electricidad, calefacción, empleados y personal de seguridad.

La campaña para la restauración que llevaban en 2017 buscaba recolectar 100 millones de dólares para los trabajos, un dinero que esperaban recaudar en 10 años, además de otros 50 millones que serían entregados por el estado francés.

“Vamos a eliminar las piedras que estén más deterioradas y reemplazar las que ponen en riesgo la estabilidad del edificio. Pero procuraremos dejar las piedras viejas. No vamos a cambiarlas todas. Vamos a dejar algunas piedras que estén deterioradas, serán sus pequeñas arrugas, porque la Catedral tiene 854 años para ser preciso”, comentó Philippe Villeneuve, arquitecto encargado de Notre Dame.

Hugo Passarello Luna | RFI
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El profesional agregó que tras la reparación del siglo XIX, la iglesia conservaba muy pocos elementos originales.

“Por ejemplo el rosetón del sur fue profundamente restaurado y modificado por Le Duc por razones técnicas. No es para nada el original. Desmontó todo el sistema de piedras que sostiene a los vitrales, lo rearmó e incluso lo hizo pivotear sin respetar el diseño original porque pensó que era una mala restauración del siglo XVII. Fue un error magistral de interpretación porque sabemos que ese diseño era el original. Podríamos preguntarnos si ésta es la oportunidad para regresar al bosquejo primario. Eso es un debate de doctrina que estaré obligado a enfrentar”, afirmó Villeneuve.

Los encargados de la reparación habían planificado un tiempo de 10 a 20 años para terminar los trabajos, que finalmente iniciaron a fines de 2017, extendiéndose hasta este lunes 15 de abril, cuando el fuego destruyó la aguja y gran parte del techo de la catedral.

Aunque no existe un plazo fijado para la reparación tras el incendio, el presidente francés Emmanuel Macron dijo que pretendía terminar los trabajos en cinco años, algo que ha sido objetado por arquitectos y restauradores, aunque al menos el dinero no será problema, pues ya se han donado más de 600 millones de dólares para la reconstrucción de la obra.