La imagen de Julian Assange siendo sacado de la embajada de Ecuador en Londres por un grupo de policías, ha sido uno de los hitos a nivel mundial de 2019, con un aspecto andrajoso, barba y cabellos largos, el fundador de WikiLeaks fue entregado a las autoridades después de casi 7 años refugiago en la sede diplomática.

El gobierno de Lenin Moreno en Ecuador argumentó para quitar el asilo (y la nacionalidad ecuatoriana) a Assange, que el hacker “ha violado todas las normas de una convivencia racional”.

Moreno sostuvo que Assange como un “miserable hacker” y un “malcriado” que llegó a manchar con sus excrementos la embajada de Quito en Londres.

“Su conducta ha sido irrespetuosa, inclusive (…) este señor con sus heces fecales manchaba las paredes de la embajada, la casa de los ecuatorianos, el territorio ecuatoriano en Londres”, denunció el mandatario ecuatoriano.

Vigilancia, skate y heces

El gobierno del expresidente Rafael Correa, delegó la vigilancia de Assange en una empresa española, la cual además de rodear cámaras de seguridad la habitación del fundador de WikiLeaks, también le encargó realizar todas las reparaciones que fuesen necesarias durante el extenso asilo del activista.

Un reportaje de diario El País de España, señala que de acuerdo a guardias de seguridad y funcionarios de la embajada ecuatoriana, que Assange tuvo un comportamiento excéntrico.

Según testigos e imágenes difundidas por el mencionado medio de comunicación, el fundador de WikiLeaks solía patinar en ropa interior por la embajada o dar entrevistas usando sólo calzoncillos de la cintura hacia abajo.

Otro punto en el que coinciden exfuncionarios de la embajada, es que tenía una obsesión con el tema de la vigilancia, además de no estar de acuerdo con los protocolos tomados por las autoridades ecuatorianas, también pensaba que era víctima de espionaje.

“Assange tenía siempre la obsesión de que esas imágenes podían ser hackeadas y de que, por tanto, les estuviéramos haciendo el trabajo de contrainteligencia nosotros mismos a los británicos”, cuenta Txema Guijarro, diputado español y exasesor de la cancillería ecuatoriana.

Todas las imágenes de vigilancia en torno a Assange podían ser vistas en tiempo real desde Quito, además desde la misma embajada generaron informes periodicos sobre el comportamiento del hacker.

Curiosamente, entre las visitas que recibió Assange, se registraron varios famosos, como Pamela Anderson, la cantante Lady Gaga, el actor John Cusack, Yoko Ono o la diseñadora Vivienne Westwood, esta última solía llevar comida al hacker, quien disfrutaba comer particularmente carne y vino.