Bajo la presión de España, la Unión Europea (UE) definió explícitamente este jueves a Gibraltar como una “colonia de la Corona británica”, un histórico cambio de posición motivado por la marcha de Reino Unido del bloque.

“Esto es un cambio importante en la posición de la UE”, dijo a la AFP la investigadora senior del centro de reflexión británico Centre for European Reform (CER) Camino Mortera, para quien esto es una consecuencia del Brexit.

Los 27 socios de Reino Unido en la UE “obviamente se tienen que poner del lado de los miembros del club y no del lado del saliente, algo que estamos viendo no solamente con Gibraltar, sino sobre todo con Irlanda”, agregó la analista.

El gobierno español acogió con satisfacción que “por primera vez” la Eurocámara y los países del bloque asumen que Gibraltar es una “colonia”, algo que supone “un gran paso adelante para la posición y las reivindicaciones formuladas por España”.

Pero la táctica usada es peculiar. La controvertida referencia aparece en un pie de página de un reglamento sobre el futuro régimen de visados para los británicos tras el Brexit, que la Eurocámara aprobó este jueves.

Su inclusión no estuvo exenta de polémica. El Consejo de la UE, a petición de España, introdujo la nota, a la que se oponía el ponente de la Eurocámara, el británico Claude Moraes, quien bloqueó durante semanas su tramitación.

Pero ante la presión de los países y de la propia Eurocámara, que querían tenerlo todo ultimado en caso de un Brexit sin acuerdo el 12 de abril, Moraes fue apartado el lunes y el nuevo ponente, el búlgaro Sergei Stanishev, permitió su trámite.

La decisión de apartar a Moraes “por negarse a aceptar que Gibraltar es una colonia de Reino Unido es absurda e injustificable”, criticó la diputada británica euroescéptica Julia Reid, que acusó a Madrid de “secuestrar” el informe.

ARCHIVO | Agence France-Presse
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Aires de revancha

La decisión rezuma aires de revancha. La adhesión de España a las entonces Comunidades Europeas en 1986 se produjo 13 años después de los británicos, por lo que asumió el estatuto de Gibraltar en el bloque vinculado a Reino Unido.

El Brexit permite “restablecer una serie de verdades y hechos que fueron hábilmente puestos en un cajón de la Historia cuando Reino Unido puso condiciones” para la entrada de España, dijo el secretario de Estado español para la UE, Luis Marco Aguiriano, a la radio Onda Cero.

Cuando los europeos adoptaban una legislación que hacía referencia a este estratégico enclave del sur de la península ibérica se limitaban hasta ahora a precisar que existe “una controversia entre España y Reino Unido respecto a la soberanía”.

La inclusión en un reglamento de la UE que “Gibraltar es una colonia de la Corona británica” supone así un paso hacia la posición española, que reclama la soberanía del territorio de 32.000 habitantes que cedió en 1713 a Gran Bretaña.

Y, además, en palabras en marzo al diario británico The Guardian del eurodiputado Moraes, “España podría empezar a reivindicar” el enclave en virtud de la leyes internacionales. “Por eso querían esta definición”, agregó.

Para el investigador del Real Instituto Elcano, Salvador Llaudes, aunque el uso del término “colonia” podría parecer “revolucionario” en la UE, “no deja de ser algo que las Naciones Unidas reconocen”.

El propio Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) en una sentencia de junio de 2017 define Gibraltar como una “colonia” y recuerda que forma parte de la “lista de territorios no autónomos” de la ONU, que incluye también a las Malvinas.

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¿Soberanía? No tan rápido

Sobre el temor de que Madrid utilice el cambio de posición europea para iniciar un reclamo ante organismos internacionales, Llaudes considera que “la soberanía es algo que está apartado” por ahora, pero el documento “puede ayudar en un futuro” a España.

Aunque al inicio del proceso del Brexit el otrora canciller español, José Manuel García-Margallo, propuso una “cosoberanía” sobre el Peñón, Madrid se centró en solucionar las disputas pendientes sobre Gibraltar, dejando de lado su reclamo.

A lo largo de la negociación del Brexit, “se ha conseguido de manera mucho más discreta entre Reino Unido y España generar un clima de mayor confianza para ser capaces de resolver una serie de cuestiones” prácticas, indicó el analista.

España firmó en marzo por ejemplo con Reino Unido un tratado fiscal sobre Gibraltar para combatir el fraude fiscal y el blanqueo en este enclave, uno de los acuerdos bilaterales firmados que también tratan los derechos de los ciudadanos.

Mortera coincide en que Madrid abogó por mantener una buena relación con Gibraltar y que el reclamo de soberanía no es una cuestión actual, aunque, a su juicio, todo depende del tipo de Brexit final y de las elecciones legislativas en España.

Con un “tripartito de derechas [en España] un poco más radical”, “podría haber una reapertura” del tema de la soberanía, considera la analista, un asunto sensible en Reino Unido que podría llegar también con un Brexit sin acuerdo.