Una posible financiación de unos 15 millones de euros del Teatro de La Scala de Milán con fondos sauditas, y la entrada del ministro saudita de Cultura en su consejo de administración, desencadenó una polémica en Italia.

En una entrevista el martes en el diario La Repubblica, el director de La Scala, Alexander Pereira, confirmó que el teatro negociaba esa financiación con Riad.

El objetivo es construir “una colaboración de al menos cinco años”, de unos “3 millones de euros por año”, como se ha pedido a los accionistas históricos de La Scala, precisó.

Pereira explicó que las negociaciones habían “comenzado tras contactos con el gobierno saudita y el [gigante petrolero saudita] Aramco, propuestos por hombres cercanos al presidente de la Región [Lombardía] Attilio Fontana”, miembro de La Liga (extrema derecha) del ministro del Interior Matteo Salvini.

El 7 de diciembre, con ocasión de la velada de inauguración de la nueva temporada de La Scala, se organizó un encuentro entre el ministro italiano de Cultura, Alberto Bonisoli, y su homólogo saudita, Bader ben Abdallah. A partir de ahí continuaron los contactos.

El eurodiputado del Partido Demócrata (PD), Antonio Panzeri, consideró que “la hipótesis de una entrada de los sauditas en La Scala era una bofetada al Milán de los derechos humanos”.

“Entiendo la necesidad de obtener fondos, pero no podemos permitir de ninguna manera que uno de los símbolos más prestigiosos de Milán colabore con quien en su propio país pisotea todos los días los derechos y la libertad”, manifestó.

Este anuncio llega unos meses después que el periodista saudita Jamal Khashoggi fuera asesinado en el consulado de su país en Estambul por un comando llegado de Riad, que causó una gran indignación en Europa.

El Teatro de La Scala de Milán, inaugurado en 1778, es una de las salas de ópera más legendarias del mundo.

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