Fortalecida tras superar una moción de censura, la primera ministra británica, Theresa May, viaja este jueves a Bruselas a pedir “garantías” para salvar el acuerdo del Brexit a unos socios europeos comprensivos, pero que rechazan de plano modificar el pacto.

“Está claro que el acuerdo de retirada no se abrirá, ni se modificará”, dijo en la víspera el canciller austríaco, Sebastian Kurz, cuyo país asume la presidencia pro témpore del bloque.

La cumbre de mandatarios este jueves y viernes pone la guinda a una semana de drama del Brexit, en la que Theresa May logró que sus propios diputados no le arrebataran las llaves del número 10 de Downing Street, ni las riendas de la negociación con Bruselas.

Pero pese a su victoria en Londres, el rechazo en el parlamento británico al acuerdo de divorcio negociado con Bruselas sigue patente, con el mecanismo de último recurso acordado para evitar una frontera para bienes en la isla de Irlanda, en el ojo del huracán.

Ante una posible derrota, la ‘premier’ decidió reportar el voto previsto el martes hasta el 21 de enero a más tardar e inició una gira por varios países europeos para lograr “garantías” de sus socios de que ese mecanismo, conocido como ‘backstop’, no se utilizará.

Los más fervientes partidarios del Brexit temen quedarse atrapados indefinidamente en las redes de un “territorio aduanero común” con la UE, si Londres y Bruselas no logran una solución mejor para su futura relación, que debe comenzar como muy tarde en enero de 2023.

Daniel Leal Olivas | Agence France Press
Daniel Leal Olivas | Agence France Press

Ayudar, sí, pero “cómo”

Los 27 socios de May en la Unión Europea (UE) se mantienen firmes en que no se modificarán ni el acuerdo de divorcio ni la declaración política sobre la futura relación, negociados durante 17 meses y a los que dieron su visto bueno el 25 de noviembre, pero quieran ayudarla.

“Está claro que la UE quiere ayudar. La cuestión es cómo”, se preguntó en un tuit el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que coordina los trabajos de los dirigentes, el martes tras conversar por teléfono con la primera ministra británica.

La solución deben discutirla este jueves durante una cena de trabajo sin Theresa May, quien horas antes les habrá expuesto la situación. Los líderes “quieren escuchar qué tipo de garantías está buscando”, aseguró un alto funcionario europeo.

“Tenemos varias ideas, pero no una estrategia desarrollada. Todo dependerá de su discurso antes de la cena”, según un diplomático europeo, para quien la solución consistirá más “en un ejercicio de comunicación” ya que no están dispuestos a “reabrir los textos”.

El acuerdo de divorcio ya explicita que el ‘backstop’ sólo se aplicará “temporalmente” hasta lograr un acuerdo posterior, por lo que una fuente diplomática cuestiona que una declaración jurídica sobre su interpretación solucione “el problema de Reino Unido”.

El “mejor método” para “hacer superfluo el ‘backstop’ es llegar a un acuerdo sobre la futura relación lo antes posible”, dijo una fuente del gobierno alemán en referencia a un eventual futuro acuerdo comercial, político y de seguridad entre la UE y Reino Unido.

Oli Scarf | Agence France Press
Oli Scarf | Agence France Press

Más allá del Brexit

Independientemente de la respuesta del bloque al reclamo de Theresa May, la ‘premier’ debe intentar convencer todavía a un parlamento hostil y, como apunta el diplomático europeo, “cada vez que la UE intervino en el debate interno en Reino Unido, fue contraproducente”.

Los mandatarios europeos aprovecharán para abordar también los planes de contingencia ante una eventual retirada de los británicos sin acuerdo el próximo 29 de marzo, fecha que marcará el primer divorcio en seis décadas de proyecto europeo.

La cumbre de dos días debe servir para urgir a finalizar rápidamente las negociaciones sobre la agencia europea de guardias fronterizos y a intentar lograr un acuerdo político sobre el presupuesto plurianual de la UE para el segundo semestre de 2019.

El papel de Rusia en Ucrania, como el último incidente en el mar de Azov, también será objeto de debate de los mandatarios, que el viernes deberán dar su visto bueno a una poco ambiciosa reforma de la zona euro, para protegerla ante futuras crisis económicas.