Rusia despedía este martes en Moscú a Liudmila Alexéyeva, la veterana defensora de los derechos humanos fallecida la semana pasada a los 91 años, en una ceremonia a la cual asistirán el presidente Vladimir Putin y el principal opositor del Kremlin Alexéi Navalni.

La ceremonia fúnebre se lleva cabo en la Casa de los Periodistas de Moscú.

Luego de la ceremonia, Alexéyeva será incinerada, según su voluntad, en el cementerio Troyekurovskoye de Moscú.

El conocido defensor de los derechos humanos Lev Ponomariov, de 77 años y que purga una pena de prisión de 16 días, no fue autorizado a asistir a la ceremonia.

Presidenta del Grupo Helsinki de Moscú y miembro activo del Consejo Consultivo de Derechos Humanos de Rusia, Alexéyeva fue uno de los símbolos de la disidencia en la Unión Soviética.

“Todo el mundo la respetaba”, declaró a la AFP Natalia Magnitskaya, una jubilada mientras esperaba para entrar al velatorio.

Muchas de las personas que asistían a la ceremonia lucían camisetas con consignas de apoyo a los defensores de los derechos humanos presos en Rusia y muchos depositaban flores.

En 1976, Alexéyeva fue una de las fundadoras del Grupo Helsinki de Moscú. Los miembros de este grupo militante fueron durante años objeto de acoso, encarcelamiento o exilio.

La propia Alexéyeva tuvo que partir también al exilio, donde siguió defendiendo a los opositores soviéticos y escribió una historia de la disidencia que sigue siendo una referencia en la actualidad.

Solo pudo volver a Rusia en 1993, tras la disolución de la URSS.

En los últimos años Alexéyeva estuvo presente en todos los combates, desde las denuncias por la muerte en la cárcel del jurista Serguéi Magnitski hasta el juicio al exoligarca y crítico del Kremlin Mijaíl Jodorkovski.

En 2014, criticó la anexión de Crimea por Rusia, que tildó de “vergüenza” para su país.

En 2009 recibió el Premio Sájarov de derechos humanos del Parlamento Europeo, junto a los responsables de la oenegé rusa Memorial.