Los casos de bullying son la historia de nunca acabar en el mundo. No importa el avance de las naciones y su creciente economía. El acoso por lo general no depende de lo macro, sino de otros factores cuya falla se presenta en los hogares.
Un adolescente sirio de 15 años, ha vivido en carne propia el ataque de uno de sus compañeros en la Escuela Comunitaria de Almondbury, en Huddersfield.
Un video quedó como la evidencia del violento episodio en el que otro estudiante de 16 años aborda a Jamal, lo golpea con la cabeza en su frente y luego lo tumba al suelo sin importarle que el joven sirio tuviera su brazo enyasado, presuntamente por un ataque anterior.
Acto seguido, el agresor le dice “te ahogaré” y verte el agua de una botella en la cara del sirio. Este se incorpora, pero no para dar pelea, sino para alejarse después del incidente que indignó a todo el Reino Unido después que el video se viralizara.
Jamal es un joven que llego procedente de Homs, la tercera ciudad más importante de Siria, ubicada al oeste de ese territorio.
Pese los constantes bombardeos que acabaron con la ciudad, dejándola en ruinas, el joven tuvo suerte al poder escapar con su familia y llegar hasta Reino Unido. Pero salvarse de la guerra no ha sido su único desafío. Lidiar con el bullying lo pone en otro conflicto mucho menos violento, pero a la vez complejo, a una edad temprana.
De ahí que con su historia de vida, los británicos se hayan solidarizado condenando en los medios sociales a su agresor, quien tuvo que abandonar Reino Unido en compañía de su madre. Recibieron amenazas que los hicieron volar a un destino desconocido al extranjero. El hermano mayor del atacante de Jamal, habló con medios como Daily Mail sobre el incidente.
“Mi hermano no es un matón y ese niño sirio no es el inocente que todos creen.”, dijo el hermano del agresor, quien deberá comparecer en los próximos días a una corte para responder por sus acciones. Sin embargo, en su familia niegan que se trate de bullying o de un ataque racial.
Incluso, se jactó de que su hermano estuviera escoltado todo el tiempo por un “ejercito”, como resaltando la importancia de cuidarlo ante todo, pese a las acusaciones en su contra.
Pero ha sido el propio presunto agresor, quien se comunicó con MailOnline, para negar los señalamientos en su contra. “Ahora he sido acusado de asalto común, no agravado racialmente como se ha informado”.
“Lamento (el incidente), pero deseo dejar claro que no fui responsable de romperle el brazo, ni lo había estado acosando durante un período de tiempo como se informó”, escribió al medio. “El incidente fue aislado y surgió de un altercado entre nosotros más temprano ese día. El incidente no fue racial como hasta ese momento habíamos estado en buenos términos”. Fue su forma de justificar una acción por la que tuvo que salir del país, aprovechando que aún no había sido acusado formalmente.
Recaudan fondos en favor de Jamal
Mohammed Tahir, ha sido el encargado de crear una página de financiación colectiva para las víctimas de acoso. Parte del dinero se destinará para Jamal y su familia. El apoyo de los británicos fue abrumador, en positivo, según el ciudadano de origen árabe.
Y es que en menos de 24 horas, habían recaudado 143 mil libras, el equivalente a 122 millones de pesos chilenos. “No puedo agradecerles lo suficiente a todos por las generosas donaciones que han hecho”.
El dinero será destinado a otros adolescentes refugiados de siria que han corrido la misma suerte de Jamal. Por ejemplo, está el caso de una estudiante que fue agredida por varios de sus compañeros en otra escuela del Reino Unido. Le arrancaron el pañuelo que llevaba en su cabeza. El autor es otro joven de 16 años al que la policía de West Yorkshire dijo que acusará de agresión.
Una diputada local se manifestó en contra de estos casos de forma enérgica. Nadine Dorries, pidió una ‘acción seria’ sobre el acoso escolar y agregó que el Reino Unido debería ‘abrir sus brazos’ a quienes enfrentan la persecución.
Otros ciudadanos donantes de la campaña económica en favor de los refugiados, víctimas de acoso, han expresado su repudio a los casos como el de Jamal.
David Paton dijo: “Pobre muchacho. Se las arregla para escapar de la guerra y la tiranía, solo para ser acosado por algún matón de la vida en el Reino Unido. Qué vergüenza absoluta es este matón, la culpa es tuya”.
Sin embargo, el consejo superior de la escuela de Jamal, se mostró activo y dispuesto a colaborar para esclarecer el episodio y evitar futuras agresiones de este tipo.
Se estima que en la ciudad de Huddersfield viven 100 sirios, entre estos el joven acosado en la escuela. Ellos forman parte de un programa de refugiados del Reino Unido, para ayudarlos a escapar de la guerra en su país.
