Mientras la clase política británica agoniza por el proyecto de acuerdo sobre el Brexit, los residentes en las zonas fronterizas entre las dos Irlandas aseguraron sentirse aliviados por un acuerdo que podría ofrecer un futuro estable para la región, después de dos años de incertidumbre.

La propuesta incluye garantías legales para mantener una frontera sin restricciones entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte,
lo que significa que los residentes de ambos lados, que dependen de un acceso fácil para los negocios y la vida diaria, podrían considerarse “ganadores” con el proyecto de acuerdo.

“Todos los políticos en Reino Unido necesitan examinar sus conciencias”, dijo a la AFP el portavoz local empresarial Conor Patterson en Jonesborough, un pueblo fronterizo en la provincia británica de Irlanda del Norte justo al lado de la República de Irlanda.

“Este ha sido un acuerdo muy difícil de obtener, la Unión Europea hizo importantes concesiones al Reino Unido”, añadió.

Para Patterson -que supervisa un parque de negocios en el pueblo fronterizo- el acuerdo representa “la opción menos mala” para el futuro de la región bajo el Brexit.

Su opinión reflejaba una sensación del alivio y a la vez una amarga resignación de que el divorcio con la UE será malo para los negocios.

Irlanda del Norte votó en un 56% a favor de permanecer en la Unión Europea (UE).

Antes de que Reino Unido y la UE alcanzaran el proyecto de acuerdo, revelado el martes por la noche, la amenaza de una frontera dura planeaba sobre este pueblo ubicado en la carretera principal que une Dublín y Belfast.

Esto habría dividido en dos a Jonesborough.

Una iglesia local ahora en desuso está separada en dos por una línea invisible, con la torre en el norte y el cementerio en el sur.

‘Echada a los leones’

En virtud del acuerdo de retirada propuesto, Reino Unido permanecería en la unión aduanera europea, con disposiciones especiales para la regulación en Irlanda del Norte, mientras se busca una solución mejor.

Pero la tormenta política y las dimisiones en cadena en Downing Street ya están amenazando con socavar el acuerdo.

“Hay gente que ha renunciado, que ha tomado esta decisión dogmática de línea dura, que están extraordinariamente actuando en contra del interés de los negocios británicos”, dijo Patterson.

“Aquellos que no lo aceptan, serán responsables y los libros de historia serán crueles, creo, en sus valoraciones”, agregó.

En general, los residentes de este pueblo sienten igualmente simpatía por la acorralada primera ministra británica Theresa May.

“Creo que fue un poco echada a los leones”, declaró a la Agence France-Presse el hombre de negocios Patrick Hughes.

“si Theresa May obtiene cualquier tipo de acuerdo, creo que es un milagro. Fue a la mesa con muy poco que ofrecer y pidió mucho”, consideró.

Hughes dirige Horse First, una empresa de alimentos para animales, en Jonesborough.

La perspectiva de duros controles reglamentarios o aduaneros tras el Brexit ha dominado su empresa durante mucho tiempo, amenazando con añadir grandes cantidades de dinero a sus envíos al extranjero.

“El mayor problema para el público era que nadie sabe”, dijo. “No hacíamos más que adivinar”.

Ahora, dice, “tenemos algo, y felicitaré a Theresa May”.

A once kilómetros de distancia se encuentra la ciudad fronteriza de Newry.

El camino hacia el norte está plagado de letreros que piden una frontera no dura, y camiones estacionados en los arcenes, un recordatorio de la vitalidad de esta ruta comercial.

Para algunos aquí, el acuerdo llegó demasiado tarde.

La desilusión del Brexit y el caos vivido en el primer atisbo de acuerdo socavó completamente la confianza de algunos en los políticos.

“Simplemente creo que es absolutamente ridículo”, opinó una residente local, Caroline Feehan, de 60 años.

“Mi marido y yo misma nunca volveremos a votar en nuestra vidas”, sentenció.