El presidente ruso, Vladimir Putin, propuso este miércoles suavizar la impopular reforma de las jubilaciones, cuyo anuncio había provocado manifestaciones y una caída de su popularidad en los sondeos.

El proyecto de ley, anunciado el día del inicio del Mundial de Fútbol de Rusia, el 14 de junio y aprobado en primera lectura en el Parlamento en julio, provocó numerosas manifestaciones en todo el país, convocadas principalmente por el Partido Comunista.

El principal opositor al Kremlin, Alexéi Navalni, condenado el lunes a 30 días de prisión, también llamó a manifestar contra este proyecto de ley el 9 de septiembre, cuando se celebran elecciones regionales y municipales en Rusia.

En un infrecuente mensaje televisado a la nación en el que defendió el proyecto, actualmente examinado por el Parlamento, Putin propuso que la edad de jubilación para las mujeres aumente a 60 años, en lugar de los 63 planteados inicialmente, argumentando que sería “incorrecto” hacer otra cosa.

El aumento de la edad de jubilación para los hombres se mantiene sin cambios en 65 años.

El presidente ruso también sugirió una jubilación anticipada para las madres de familias numerosas y la introducción de sanciones penales para las empresas que despidan a empleados que se acercan a la edad de jubilación.

Las propuestas de Putin se introducirán en el proyecto de ley “lo más rápidamente posible”, indicó por su parte el primer ministro Dimitri Medvedev, citado por las agencias rusas.

“Enorme injusticia”

En su largo mensaje a la nación, Putin defendió y justificó el proyecto, el primer intento de reforma de las jubilaciones en Rusia en casi 90 años, afirmando que no podía “posponerse más”.

“A largo plazo, mostrar dudas hoy puede amenazar la estabilidad de la sociedad y la seguridad del país”, justificó Putin.

Sin reforma, “antes o después destruiremos nuestras finanzas, nos veremos obligados a enredarnos en deudas o a imprimir dinero sin reserva, con las consecuencias que eso conlleva: hiperinflación y aumento de la pobreza”, añadió el presidente ruso, considerando que el desequilibrio actual del sistema de las jubilaciones es consecuencia directa de la Segunda Guerra Mundial y del caos económico y social de los años 1990.

El proyecto de ley preveía hasta ahora aumentar progresivamente la edad de jubilación a los 63 años para las mujeres y 65 para los hombres, frente a los 55 y 60 actuales.

Los opositores a la reforma afirman que muchos rusos, especialmente los hombres –cuya esperanza de vida es de 66 años– no podrían disfrutar de su jubilación.

“Parece que no será tan malo como se anunció. Pero sigue siendo una enorme injusticia. Estoy muy decepcionada con el poder. Está claro que el pueblo le da igual”, declaró a la AFP Irina Petrova, una habitante de San Petersburgo de 44 años.

“Escuché [a Putin] desde mi automóvil. Era una especie de subterfugio para él, pero tiene sentido”, afirmó por su parte Viktor Lunin, de 55 años, quien consideró que este discurso del presidente ruso se debía a su “miedo a la indignación de la gente”.

Putin, que no mencionó la cuestión de las jubilaciones durante la campaña que condujo a su reelección en marzo, y que intentó distanciarse de la reforma, vio su popularidad caer a 64% en junio, desde 80% en mayo, según el centro ruso de estudios de opinión VTsIOM.