22 años y una ciudad como Newcastle-upon-Tyne, al noreste de Inglaterra, se conjugan para disfrutar después de una semana de trabajo. Laura Currer lo asumió como tal el 20 de agosto de 2015.

Salió a la zona frecuentada por estudiantes universitarios y otros ciudadanos, pero a lo largo de su estadía no se dio cuenta que en un momento de la noche, su vaso había sido alterado con una sustancia ilícta que a los pocos minutos la hizo sentirse mal. Se desmayó al cabo de dos horas.

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El despertar de la joven, ahora de 25, fue terrible. Aún con mareos por lo ingerido, se encontró en una casa con dos extraños. Hubo momentos en los que intentó incorporarse a la realidad: “Tuve recuerdos retrospectivos y recordé que fui violada por ambos.

Laura, recuerda que salió de la casa, rápidamente y se dirigió a su domicilio. Le contó todo cuanto recordaba a su padre. Juntos partieron a la policía a interponer una denuncia contra los hechores.

Sin proceso judicial para los culpables

Cuando Laura y su padre estaban frente a las autoridades, estos realizaron las diligencias pertinentes para comprobar lo relatado por la joven.

“Informé a la policía y el proceso comenzó con la recolección de evidencia y un examen médico forense”. Lo anterior fue suficiente para que los dos sujetos fueran arrestados en el domicilio que Laura describió a la policía.

Pese a su arresto, nunca fueron acusados formalmente, pese a que la Fiscalía local (Crown Prosecution Service) tenía todo en sus manos para seguir el proceso.

Laura tenía también dos caminos: seguir insistiendo hasta las últimas consecuencias o recuperarse del trauma vivido.

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Optó por la segunda vía. Fue entonces que decidió mudarse a otra ciudad en la que buscó ayuda especializada para enfrentar su nueva realidad tras la violación sufrida. Sin embargo, no solo se sintió defraudada por el revés de la justicia a su caso.

“Todo lo que rodea la violencia sexual es muy sombrío, lo cual es comprensible, pero no hay ningún lugar que ofrezca una perspectiva optimista sobre la vida después de la violación”, aseguró Laura.

Una fundación para ayudar a víctimas de violación

Con las valoraciones negativas hacia el tratamiento a personas violadas, Laura ha decidido emprender su propio proyecto para ayudar a otras en su situación. Antes, asumió su realidad y dejó de victimizarse, según sus propias palabras.

“Durante un tiempo me referí a mí misma como una víctima, luego como una sobreviviente, pero ahora solo soy Laura. Esto es parte de mí, pero no es la única parte de mí, y no puede definirme “.

Por lo anterior, Sparkle será lanzada el próximo 20 de agosto, fecha en la que se cumplen 3 años del ataque sexual que sufrió Laura en una noche de diversión, la cual se convirtió en una pesadilla, pero con un despertar promisorio, con el fin de ayudar a otras personas que han tenido una experiencia similar y ahora no saben como recuperarse de la misma.

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