La primera ministra británic Theresa May presidió este martes una reunión de un gobierno con caras nuevas tras las dimisiones de la víspera por las diferencias en torno al Brexit, determinada a no dar su brazo a torcer.

May afronta el malestar de los euroescépticos de su Partido Conservador, que creen que está haciendo demasiadas concesiones a Bruselas en las negociaciones de salida de la UE, pero tiene el apoyo de los moderados y de momento no hay movimientos para someterla a una moción de confianza.

El que era hasta el lunes ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, escribió en su carta de renuncia que “el sueño del Brexit se muere” y que, bajo la dirección de May, el Reino Unido se encamina al estatuto de “colonia” de la UE.

La dramática dimisión de Johnson, horas después de la del ministro del Brexit, David Davis, hizo que la libra cayera en los mercados de divisas.

Había rumores de nuevas dimisiones, peros no se han producido y May parecía haber capeado el temporal.

“Mi impresión es que ya ha ido todo lo lejos que podía ir. No veo a más ministros dimitiendo”, dijo a la AFP Simon Usherwood, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Surrey.

El popular Johnson fue sustituido por el ministro de Sanidad Jeremy Hunt, que, al revés que su predecesor, hizo campaña para seguir en la UE en el referéndum de 2016.

Dominic Raab, partidario del Brexit y exministro de Vivienda, fue nombrado en sustitución de Davis a escasos días de que se reanuden las negociaciones con Bruselas.

Hunt dijo que es el momento de demostrar que el Reino Unido es “una voz segura y fuerte en el mundo”.

Además, prometió apoyar a May “para que alcancemos un acuerdo con la Unión Europea (UE) basado en el que el gobierno acordó la semana pasada en la residencia de Chequers”.

Este plan decidido en la residencia campestre de la primera ministra consiste en buscar “una zona de libre comercio Reino Unido-UE” para bienes, que exigirá imperativamente que los británicos acepten regulaciones europeas.

¿Un Brexit en peligro?

Británicos y europeos esperan alcanzar un acuerdo sobre los términos de salida y sobre la futura relación comercial en una cumbre que tendrá lugar en octubre.

“Con sólo unas semanas para concluir las negociaciones de salida de la UE, éste es un momento crítico para el país”
, escribió el diario Financial Times en un editorial.

“Esta confrontación entre los partidarios del Brexit y la realidad tenía que haber ocurrido hace tiempo”, añadió, estimando que May tenía que haberles hecho frente “antes de que empezaran formalmente las negociaciones”.

Ahora, May afronta “la sombra de un desafío a su liderzago”, pero es posible que “tras un periodo de dimisiones y de sangría política, el Partido Conservador cierre filas alrededor de la primera ministra”.

Los rivales conservadores de May podrían iniciar una moción de censura si 48 diputados lo solicitan, pero para que llegara a buen puerto haría falta el voto de 159,
algo casi imposible.

La supervivencia de May depende también de la reacción europea a sus planes, y este martes se reunirá con su homóloga alemana Angela Merkel en Londres, con ocasión de una cumbre sobre los Balcanes occidentales.

El antiguo líder conservador William Hague escribió en el Daily Telegraph que los detractores de May no han presentado “ninguna alternativa creíble” para el Brexit, y avisó de que si hay más dimisiones la propia salida de la UE estaría “en peligro”.