La canciller alemana, Angela Merkel, espera que los avances de este viernes a nivel de la Unión Europea (UE) y los acuerdos bilaterales para reducir la presión migratoria alejende momentouna crisis gubernamental mayor que acecha en Alemania.

El ministro del Interior, el conservador bávaro Horst Seehofer, había fijado un ultimátum a la canciller: si no lograba avances en la cumbre de la UE sobre los migrantes, que terminó esta jornada, ordenaría a principios de julio rechazar a todo migrante que llegue a Alemania aunque esté registrado en otro país del bloque.

Para Merkel, una medida así representa un peligro inaceptable para la cohesión europea, ya que provocaría un efecto dominó que amenazaría con poner fin a la libertad de movimiento en el bloque.

Si Seehofer decide así, y todo sigue adelante a pesar de la oposición de Merkel, todo el gobierno podría caer, sólo cuatro meses después de instalarse luego de varios meses de negociaciones difíciles.

La canciller pudo anunciar este viernes desde Bruselas las decisiones de la UE y los acuerdos bilaterales concluidos o en negociación que tendrán “un efecto que es más que equivalente” a las medidas queridas por Seehofer.

El partido bávaro combate desde el principio la política de apertura hacia los solicitantes de asilo decidida en 2015 por Merkel, cuando Europa enfrentaba la peor crisis migratoria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Ese año, Alemania recibió a 890.000 solicitantes de asilo, pero -sin embargo- es la primera vez que esta formación amenaza con derrocar a Merkel.

El conjunto de las medidas aún debe ser estudiado el domingo por el partido del ministro de Interior (Unión Social Cristiana de Baviera) y el de Merkel (Unión Demócrata Cristiana), dos formaciones conservadoras aliadas desde 1949. Recién entonces se sabrá si los dos partidos se reconciliaron.