La propuesta de realizar un censo de los gitanos lanzada por el ministro del Interior italiano y viceprimer ministro Matteo Salvini, hombre fuerte del nuevo gobierno populista y líder de la ultraderechista Liga, generó este martes fuertes controversias incluso con su aliado del Movimiento 5 Estrellas.

El viceprimer ministro Luigi Di Maio y líder de los antisistema, artífice de la alianza de gobierno, advirtió inmediatamente que el censo de una parte de la población según su origen étnico viola la ley italiana y es inconstitucional.

“Me complace que Salvini haya negado cualquier hipótesis de registro o inscripción de inmigrantes porque si algo es inconstitucional, no se hace”, afirmó el lunes en una conferencia de prensa.

La propuesta de Salvini, que tiene como objetivo facilitar las expulsiones de extranjeros indocumentados, puso de manifiesto las diferencias entre las dos formaciones que lograron suscribir tras meses de espinosas negociaciones un pacto para gobernar.

“Nos toca desafortunadamente quedarnos con los gitanos de nacionalidad italiana”, comentó Salvini con su tradicional estilo xenófobo provocando una ola de reacciones.

La idea de censar a los gitanos fue corregida por el mismo Salvini, quien explicó que no pretende tomar las huellas digitales de los gitanos que viven en Italia y que lo que quiere es hacer una evaluación de la situación de los campamentos de los gitanos y sobre todo resolver el problema de los niños gitanos que no acuden al colegio y que viven en pésimas condiciones y son obligados a la delincuencia por sus padres.

“Pienso solo en esos niños pobres a quienes se les enseña a robar y a la ilegalidad”, recalcó.

Salvini contra refugiados, gitanos y la UE

Si bien no existen cifras oficiales, según cálculos de una asociación cercana a esa comunidad, entre 120.000 a 180.000 gitanos viven Italia, la mayoría tienen nacionalidad italiana y más de la mitad son menores de edad. Los restantes provienen de Bulgaria, Rumania y en general el este de Europa.

La propuesta de Salvini fue criticada por la oposición de izquierda, que dijo que se inspira en las leyes raciales aprobadas durante el fascismo por el dictador Benito Mussolini en la década de 1930.

“Italia regresó a 1938”, el año en que unos 8.000 judíos italianos fueron expulsados y enviados a campos de concentración nazis, recordó la senadora del Partido Demócratico (PD, centroizquierda), Mónica Cirinna.

Salvini, de 45 años, se ha convertido en el hombre fuerte del gobierno desde que asumió el poder a inicios de junio.

La semana pasada se opuso a recibir en un puerto italiano a un barco humanitario con 630 inmigrantes.

Ese barco, el “Aquarius” finalmente fue recibido el domingo por España después de una odisea por el Mediterránea de casi una semana.

“Mucha propaganda y un sólo resultado: ocupar por completo el debate y la agenda política”, comentó el martes en un editorial el diario La Repubblica.

Según los medios italianos, Salvini está dictando la agenda del gobierno Liga-M5E y eclipsa a su aliado de gobierno, que obtuvo el doble de votos en las elecciones legislativas del 4 de marzo.

Esa estrategia parece ser exitosa, ya que según las últimas encuestas llega al 25% frente al 17% obtenido en marzo, mientras que el M5E está en declive y pierde a los votantes de izquierda decepcionados frente a un gobierno cada vez más de derecha.

La línea “racista” de Salvini, que inició su ministerio con ataques a los inmigrantes, a los gitanos y a la Unión Europea, resulta cada vez más popular en Italia, sostiene el diario.