Un tribunal ordenó este miércoles el ingreso en prisión de Iñaki Urdangarin, cuñado del rey de España, en un máximo de cinco días, para comenzar a cumplir una pena de casi seis años por corrupción.

Urdangarin compareció este miércoles ante la Audiencia Provincial en Palma de Mallorca (islas Baleares, este), que le comunicó que tiene hasta el lunes para entrar a la cárcel, indicaron a la Agence France-Presse fuentes judiciales.

Ex medallista olímpico de balonmano, todavía puede intentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional para pedir la suspensión de la pena, pero según su propia jurisprudencia, esta corte solo toma esa decisión con penas menores de cinco años de prisión.

Urdangarin llegó a Palma desde Ginebra, su residencia en los últimos años junto a su esposa la infanta Cristina,
hermana del rey Felipe VI, y sus cuatro hijos, alejado de una España que se indignó por el escándalo de corrupción.

Un grupo de manifestantes recibió a Urdangarin en la puerta de la audiencia al grito de “chorizo” (ladrón), constató un fotógrafo de la Agence France-Presse.

En primera instancia, Urdangarin, fue condenado en febrero de 2017 en Palma a 6 años y 3 meses de prisión por haber malversado en beneficio propio entre 2004 y 2006 junto a un socio varios millones de euros donados a un instituto sin fines de lucro que él presidía.

El martes, la Corte Suprema confirmó su condena por malversación, prevaricación, fraude y tráfico de influencias, aunque la rebajó levemente a 5 años y 8 meses.

Con los días contados para entrar en prisión, se acerca el fin de una saga judicial que estalló en 2010, en plena crisis económica, perjudicó la imagen de la monarquía española y contribuyó a precipitar la abdicación de Juan Carlos en su hijo Felipe VI, en junio de 2014.

La Casa Real, que tras el escándalo excluyó de todo acto oficial tanto a Cristina como a Urdangarin, se limitó el martes a manifestar su “respeto absoluto a la independencia del Poder Judicial”.