Expertos alertan sobre el uso de nuevas y desconocidas sustancias psicoactivas en España, las cuales pueden llegar a ser indetectables en los hospitales y análisis de laboratorios.

Según consignó El País, son cerca de 35 las drogas que se han instalado en el mercado, desde que fueron detectadas en 2015 por el Sistema de Alerta Temprana, dependiente del Plan Nacional sobre Drogas (PNSD) del Ministerio de Sanidad.

Por esta razón, dos profesores de las universidades de Santiago y Vigo están realizando un estudio que permitirá conocer las cifras de consumo en los jóvenes entre 14 y 23 años.

En primera instancia, la encuesta -que se conocerá en junio- se realizará con más de 500 estudiantes, pero luego será ampliado a cerca de 10 mil jóvenes, a través de la Xunta, y también con el PNSD de ámbito nacional.

Según el investigador Manuel Isorna Folgar, técnico de prevención de drogodependencias en tres Ayuntamientos de la provincia de Pontevedra, las drogas son un conjunto de sustancias sintetizadas de forma clandestina, principalmente en China e India. Tienen el propósito de producir, mediante variaciones en su estructura química, efectos similares o más potentes que los de las drogas clásicas como la cocaína, heroína o hachís.

Asimismo agregó que son vendidas como fertilizantes para plantas o como sales de baño.

Pero ésta no es la única preocupación. Isorna señala que últimamente han aparecido hierbas impregnadas con moléculas similares al THC pero mucho más potentes, que tampoco son detectables en los test de los hospitales.

Esta droga puede provocar crisis de pánico o brotes psicóticos, entre otros efectos.

El consumo cannabis

El investigador también alerta sobre las formas de consumo de cannabis, debido a que sus efectos se han multiplicado.

Isorna señala que el cannabis que se consumía en España hasta el 2000 tenía una concentración de THC del 4%, hoy la media se sitúa entre 16 y 20%. Es decir, fumarse un cigarrillo equivale a 4 o 5 de hace 18 años.

Para el docente, la realidad es que los jóvenes quieren efectos más rápidos y por ello buscan concentraciones mayores de THC. Por ejemplo, recurren al aceite de hachís para poner una gota en la punta del cigarro y luego fumarlo.

Finalmente, el psicólogo considera que el Internet ha provocado que las drogas sean universales y que no haya diferencias sociales entre los jóvenes quieren obtenerlas y consumirlas.