Los diplomáticos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) iniciaron este miércoles por la mañana una reunión en La Haya, sobre el caso del exespía ruso envenenado en Inglaterra.

El encuentro -a puerta cerrada- fue convocado por el Reino Unido, después de que los inspectores de la OPAQ confirmaran que Serguei Skripal y su hija Yulia fueron envenenados en Salisbury en marzo, con un agente nervioso inoculado de forma líquida y en muy pequeña cantidad, según el gobierno británico.

En la carta de convocatoria, la delegación británica ante la OPAQ declaró que deseaba “informar a los Estados miembros” de los acontecimientos.

Tras enviar expertos a Salisbury (Inglaterra), la organización anunció el jueves pasado que los análisis en laboratorio “confirman los descubrimientos de Reino Unido sobre la identidad del agente químico tóxico utilizado en Salisbury” para envenenar a Skripal y su hija.

Sin embargo, la OPAQ no nombró en público la sustancia en cuestión que, según Reino Unido, era un agente neurotóxico del tipo Novichok, desarrollado en la Unión Soviética en los años 1970. Tmpoco estableció responsabilidades en este caso.

Londres acusa a Moscú, quien defiende su inocencia.

El envenenamiento del exespía ruso provocó una grave crisis diplomática entre Rusia, por un lado, y Reino Unido y sus aliados occidentales por otro, que se tradujo en la mayor ola de expulsiones cruzadas de diplomáticos de la historia.

En tanto, el martes comenzaron en Salisbury las operaciones de limpieza.

En total, la policía antiterrorista identificó nueve emplazamientos a analizar, tres de ellos en el centro de la ciudad, incluidos el pub y el restaurante donde los Skripal estuvieron el 4 de marzo, antes de ser hallados inconscientes en un parque cercano.

La mayor concentración del agente nervioso se encontró en la casa del exespía.

El estado de Skripal, de 66 años, mejora, pero sigue internado, según el hospital de Salisbury. Su hija Yulia, de 33 años, ya fue dada de alta.