A un año de unos comicios clave y al frente de un gobierno minoritario, el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy se está viendo torpedeado por un nuevo escándalo y la competencia de Ciudadanos, la fuerza emergente del centroderecha español.

La prensa no escatimaba críticas este lunes al cónclave que la formación conservadora celebró el fin de semana en Sevilla.
“Ocasión perdida para el PP”, titulaba el editorial del diario El Mundo. “Amarga convención”, abundaba El País.

El objetivo de la cita era lanzar la campaña de las elecciones municipales y regionales de mayo de 2019. Y de paso, hacer catarsis colectiva tras los problemas de los últimos meses: el ascenso de Ciudadanos, la crisis catalana y el bloqueo de los presupuestos, que el gobierno del PP sigue sin sacar adelante por falta de apoyos parlamentarios.

Sin embargo, la convención se vio ensombrecida por el escándalo en torno a la presidenta regional de Madrid, Cristina Cifuentes, acusada de obtener fraudulentamente un título universitario, y el problema de fondo de la crisis catalana.

Rajoy ha confiado buena parte de la gestión de esta crisis a la acción judicial, una estrategia que sufrió un varapalo cuando el viernes la justicia alemana dejó en libertad bajo fianza al expresidente catalán Carles Puigdemont.

Sobre el líder independentista pesan en España los cargos de malversación y rebelión, una acusación esta última desechada por el juez alemán.

“Si uno juega al derecho, luego resulta que el derecho es interpretable. Ha sido un gran revés para Rajoy, porque lo único que parecía que le funcionaba ha fallado”, comentó a AFP Fernando Vallespín, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Madrid.

El problema Cifuentes

En su discurso de cierre pronunciado el domingo ante su partido, Rajoy evitó mencionar el caso Cifuentes, omnipresente el fin de semana.

La que fuera presentada como la renovadora de un PP madrileño marcado por graves escándalos de corrupción en los últimos años está acusada de obtener fraudulentamente un máster de derecho autonómico en la universidad pública Rey Juan Carlos.

Ciudadanos, su socio de legislatura en la región, pidió este lunes su dimisión, y la fiscalía está investigando si hubo un delito de falsedad en documento oficial.

A contracorriente del aluvión de críticas de los últimos días, Cifuentes se llevó una ovación de más de un minuto en uno de los coloquios en Sevilla.

“Un error de libro”, según Vallespín, quien sostiene que el caso Cifuentes le pasará factura al PP en Madrid, un importante vivero para los conservadores: “la gente se va a acordar cuando vaya a votar”.

Atacar a Ciudadanos, un arma de doble filo

Al tiempo que el PP se desinfla, Ciudadanos, actualmente la cuarta fuerza política en el Parlamento español, va viento en popa en las encuestas.

Este domingo, un sondeo del instituto Metroscopia para el diario El País le daba un 28% de intención de voto: ocho puntos por delante del PP, nueve sobre los socialistas y diez sobre la izquierda radical de Podemos.

Rajoy aprovechó la convención del PP para arremeter contra Ciudadanos, un partido de “inexpertos lenguaraces” que “lo prometen todo, gratis, sin límites, sin compromiso, y sin responsabilidad”.

Antonio Barroso, subdirector de análisis del instituto Teneo, y afincado en Londres, cree que los ataques a Ciudadanos serán precisamente uno de los ejes de campaña del PP en los próximos meses.

Sin embargo, advierte que le resultará “complicado, porque dependen de ellos para gobernar en varios sitios”, tanto a nivel nacional como en algunas regiones, entre ellas Madrid, Castilla y León (norte) o Murcia (sureste).

“Es la típica actitud de quien tiene miedo”, añade Vallespín, sobre la estrategia de atacar a Ciudadanos.

Pero la mayor fuga de votos, añade Barroso, le vendrá de la cuestión catalana.

El PP está acusando el desgaste de la intervención de la autonomía de Cataluña desde el intento fallido de secesión, a fines de octubre. Mientras tanto, Ciudadanos es la primera fuerza política en esa región y parece cosechar en toda España el resultado de su oposición firme al independentismo.

“Mientras se hable de Cataluña, Ciudadanos tiene una plataforma importante”, mientras que al PP “el problema no le está dando rédito”, resume Antonio Barroso.

Tanto él como Vallespín creen no obstante que Rajoy esperará a los comicios de 2019 para eventualmente adelantar las elecciones generales y acortar una legislatura que expira en junio de 2020.