Los plazos para escoger un nuevo presidente catalán y evitar la repetición electoral estarían congelados en opinión de los juristas del Parlamento regional, tras el aplazamiento del pleno previsto para investir al independentista Carles Puigdemont dada su anómala situación judicial.

Teóricamente, el pleno de investidura debía celebrarse antes del 31 de enero y, si resultaba fallido, se abría un plazo de dos meses para escoger jefe de gobierno antes de repetir los comicios.

Sin embargo, la sesión fue aplazada por el presidente de la cámara, Roger Torrent, a la espera de la decisión del Tribunal Constitucional sobre un recurso del gobierno español para impugnar una investidura de Puigdemont.

Esto generó un vacío legal sobre si la cuenta atrás había comenzado o no.

“Mientras no recaiga una decisión sobre la admisión de la impugnación presentada por el gobierno, se puede considerar suspendido el plazo de diez días para la presentación del pleno”, señalan los letrados del Parlamento en un informe divulgado este viernes.

Esta cuenta atrás se reanudaría una vez se pronuncie el Tribunal Constitucional, que todavía no tienen una fecha prevista, o si el presidente del parlamento catalán decide celebrar un pleno para comunicar que la investidura no es posible.

En las elecciones del 21 de diciembre, los independentistas consiguieron la mayoría absoluta del parlamento regional (70 sobre 135) pero están bloqueados en la formación de un gobierno debido a la situación de su líder Carles Puigdemont.

El gobierno español, que lo cesó de la presidencia catalana el 27 de octubre después de haberse declarado la secesión en Cataluña, entiende que no puede volver al cargo al vivir en Bélgica y estar perseguido en España por rebelión y sedición.

Los partidos independentistas negocian una fórmula para formar gobierno y toma fuerza la idea de una investidura simbólica de Puigdemont combinada con un gobierno real en Cataluña liderado por una persona de su confianza.

Su mano derecha en los últimos meses, la economista de 41 años Elsa Artadi, con un doctorado en Harvard y varios años de experiencia dentro del gobierno, aparece en todas las quinielas como candidata alternativa aunque ella lo desmiente.