Las “difíciles” negociaciones para formar gobierno en Alemania proseguirán el lunes, luego de una intensa jornada dominical de discusiones para tratar de sacar al país del embrollo postelectoral.

Dos son los temas centrales que vienen obstaculizando las negociaciones entre los conservadores de la canciller Angela Merkel y la oposición socialdemócrata del SPD: la reforma del sistema de seguro de salud estatal y la reglamentación de los trabajos temporales.

Las negociaciones debían finalizar este domingo, pero por la noche se anunció un cuarto intermedio y la reanudación el lunes a partir de las 10:00 horas locales.

Más de cuatro meses después de las elecciones legislativas que dejaron a la principal economía de Europa sin mayoría parlamentaria, los conservadores para convencer a los socialdemócratas del SPD de gobernar con ellos, como lo hicieron en la última legislatura.

Merkel aseguró empezar esta última línea recta con “buena voluntad, aun sabiendo que nos esperan horas de negociaciones difíciles”.

“No podemos decir cuánto tiempo durará, quedan puntos importantes para resolver”, dijo a su llegada a la sede del SPD, donde tiene lugar el encuentro.

El líder de los socialdemócratas, Martin Schulz, pronosticó por su parte una sesión “hasta tarde por la noche”, y aseguró no poder “prometer que se trate del último día de negociaciones”.

La situación actual empieza a agotar la paciencia de los alemanes. Según un sondeo de la televisión pública ARD, el 71% de la población afirma no entender por qué “se tarda tanto tiempo para formar el gobierno”.

Si fracasan las negociaciones, Merkel deberá decidir entre iniciar su cuarto mandato de canciller al frente de un inestable gobierno minoritario o aceptar la convocatoria de nuevas elecciones, dos escenarios que serían inéditos en Alemania desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Por su parte, el SPD, que obtuvo malos resultados en las legislativas (20,5%) y sigue cayendo en los sondeos, está muy dividido. Muchos de sus miembros le reprochan a Schulz que incumpliera sus promesas de orientar el partido hacia la izquierda y de no negociar con Merkel.

Este es un posible obstáculo a la hora de formar un gobierno con los conservadores, ya que serán los militantes socialdemócratas quienes tendrán la última palabra sobre un eventual acuerdo de coalición, durante una consulta por correo que durará varias semanas en febrero o marzo.

“Exasperantes”

El contexto político actual refleja el repentino desgaste político de Merkel tras 12 años al frente del país.

La canciller se encuentra en una posición incómoda entre una parte de los conservadores que le exige un giro hacia la derecha para frenar el ascenso de los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD), y los socialdemócratas, presionados por su ala más izquierdista.

Varios medios alemanes se muestran muy críticos con esos dos partidos que, juntos o por separado, dirigen el país desde 1949.

“Son indecisos, exasperantes y se pelean. Pero, sobre todo, no tienen inspiración”, escribe el periódico Süddeutsche Zeitung, que pide a Merkel y Schulz que reaccionen o den paso a “otros líderes o a elecciones anticipadas”.

“Fue esa manera de hacer política la que les costó 14 puntos en las elecciones [a la CDU y al SPD] y esto va a continuar”, aseguró el líder de las juventudes socialdemócratas, Kevin Kühnert, máximo representante de quienes se oponen a una nueva coalición entre las dos formaciones.

Unas elecciones anticipadas podrían impulsar aún más a AfD, que ya obtuvo un resultado histórico en las legislativas de septiembre, en las que logró el 13% de los votos.

El partido ultraderechista, supo aprovechar la preocupación generada por la acogida de más de medio millón de refugiados desde 2015 en Alemania.