El primer ministro rumano Mihai Tudose se vio obligado a renunciar el lunes luego de un conflicto con el hombre fuerte de su Partido Social-demócrata (PSD) Liviu Dragnea, menos de siete meses después de la salida de su antecesor.

“Me retiro con la cabeza alta”, declaró Tudose, de 50 años, tras una reunión de urgencia en Bucarest de los responsables del PSD, en la que estos le retiraron su apoyo. Tudose precisó que no se quedaría en el cargo durante la interinidad.

Esta dimisión se produce en la víspera de una visita histórica en Rumanía del primer ministro japonés, Shinzo Abe, que debía ser recibido por Tudose, en el marco de una gira en Europa del este del jefe de gobierno nipón.

Extitular de la cartera de Economía en dos gobiernos anteriores, Tudose fue propuesto para el puesto de primer ministro por Dragnea en junio, pero la relación entre ambos se deterioró rápidamente.

Durante una reciente entrevista en televisión, Tudose acusó de manera implícita a Dragnea, que no puede postularse al puesto de primer ministro debido a una condena de dos años de cárcel en suspenso por fraude electoral, de tomar decisiones sin consultar a los demás responsables del partido.

Hace tres meses, Tudose provocó el enfado de Dragnea al imponer por propia iniciativa una reorganización ministerial.

Pero las relaciones entre Tudose y Dragnea se deterioraron todavía más estos últimos días, cuando Tudose pidió la dimisión de la ministra del Interior, Carmen Dan, cercana a Dragnea, luego de un caso de pedofilia que afectó a la policía.

Con el apoyo de Dragnea, Dan ignoró este llamado a renunciar de sus funciones, incluso si el jefe del gobierno había indicado claramente que ya no podía trabajar con ella y la acusara de haberle “mentido”.

Dragnea ya hizo caer en junio el gobierno del social-demócrata Sorin Grindeanu, que se volvió “demasiado independiente” para su gusto.

La salida de Tudose debe ser aprobada por el presidente de centroderecha Klaus Iohannis. Los social-demócratas se reunirán el martes por la mañana para proponer un nuevo primer ministro.

A raíz de las reiteradas crisis políticas en el seno de la mayoría, Iohannis expresó en octubre sus dudas sobre la “capacidad del PSD para gobernar”, e insinuó que podría rechazar encargar a un nuevo miembro de este partido formar el gobierno.

El PSD, heredero del antiguo partido comunista, que volvió al poder en diciembre de 2016 con una clara mayoría, provocó una ola de protestas sin precedentes en Rumania el invierno pasado cuando intentó suavizar la legislación anticorrupción. Ante las grandes manifestaciones, el gobierno dio marcha atrás.

Esta mayoría aprobó sin embargo en diciembre una polémica reforma de la justicia que hace temer, según sus detractores, una reducción de la independencia de los magistrados y una restricción de las prerrogativas de la Fiscalía Anticorrupción (DNA).