La primera ministra británica Theresa May, presionada por los diputados de su mayoría conservadora, declaró este miércoles que la fecha del Brexit podría aplazarse “excepcionalmente”, después de que la Comisión Europea propusiera que el periodo de transición tras la separación termine a finales de 2020.

La fecha del divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea centra los debates del Parlamento británico, que comenzó este miércoles la octava y última sesión para examinar el proyecto de ley del Brexit, que debe poner fin a la supremacía del derecho europeo.

Según el texto debatido, el Brexit será efectivo el 29 de marzo de 2019, esto es, justo dos años después de que Londres lanzara el proceso de separación de la UE.

Una disposición rebatida incluso en las filas del Partido Conservador, pues algunos diputados consideran que fijar una fecha con antelación podría debilitar la posición de Londres en las negociaciones con Bruselas.

Tres diputados tories presentaron, por su parte, una enmienda para mantener la fecha en el 29 de marzo de 2019, pero autorizando un eventual aplazamiento en el caso de que las negociaciones con los 27 miembros de la UE tengan que prolongarse más allá de esa fecha.

Un compromiso al que May dio su visto bueno poco antes del inicio de la sesión parlamentaria. “Si tuviéramos que utilizar esa disposición, sólo sería en circunstancias excepcionales y por una duración tan corta como fuera posible”, matizó sin embargo la dirigente, reafirmando su intención de cumplir con el plazo anunciado.

May, que gobierna al frente de una débil mayoría desde las legislativas de junio, sufrió un duro revés el miércoles cuando 11 de sus diputados votaron con la oposición y lograron que el Parlamento tenga que ratificar por votación los términos del divorcio de la UE, en contra de lo que quería el gobierno.

¿Qué relación habrá?

Theresa May se jactó de haber obtenido la semana pasada el acuerdo de los 27 para entablar pronto las conversaciones sobre la futura relación entre su país y la UE, pero tanto Londres como Bruselas reconocen que lo más difícil aún está por llegar.

Ambas partes deberán ponerse de acuerdo en multitud de cuestiones, entre ellas la duración del periodo de transición tras el Brexit. May propuso que éste durara como mínimo dos años, hasta el 29 de marzo de 2021. Pero la UE ofreció este miércoles que termine el 31 de diciembre de 2020.

“Esta transición debe ser corta y limitada en el tiempo”, declaró el negociador jefe de los 27, Michel Barnier.

El objetivo de esa transición, durante la cual Reino Unido seguirá perteneciendo al mercado único europeo y de la Unión Aduanera pese a no ser miembro de la UE, es lograr un divorcio suave, mientras se fijan las bases de la futura relación comercial.

May reunió el martes a sus ministros para una primera reunión dedicada a la transición y la futura relación con la UE. Los miembros del ejecutivo comparten el objetivo de obtener “un acuerdo que garantice las mejores condiciones comerciales posibles con la UE y que, al tiempo, facilite acuerdos ambiciosos con terceros países”, indicó un portavoz después de la reunión.

Pero el gobierno sigue estando muy dividido entre los que defienden una ruptura clara con la UE y los que reclaman un Brexit más blando, con el fin de privilegiar los intercambios comerciales.

Gane la opción que gane, los dirigentes europeos advirtieron que el Reino Unido no podrá dejar la unión aduanera o el mercado único y pretender continuar sacando beneficios.

“Para tener la mejor relación con la UE, hay que estar dentro”, avisó Barnier, en una entrevista publicada el martes por varios diarios europeos. “Pero en la actualidad no estamos trabajando en esta opción”, puntualizó.

El miércoles, la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, juzgó que “la economía británica ya está perdiendo, se ralentiza, es un resultado de la decisión” de los británicos de abandonar la UE tomada en el referéndum del 23 de junio de 2016.

El FMI prevé un crecimiento de 1,6% para el país en 2017 –es decir 0,1 puntos porcentuales menos de lo que preveía hasta ahora– y un 1,5% en 2018.