Los dirigentes de la Unión Europea aprobaron este viernes en una cumbre en Bruselas iniciar las negociaciones sobre la futura relación con Reino Unido, tras haber constatado “progresos suficientes” en la primera etapa sobre los términos de su divorcio.

“Líderes de la UE acordaron pasar a la segunda fase de negociaciones del Brexit. ¡Felicidades primera ministra Theresa May!”, tuiteó el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk.

El Consejo Europeo “acaba de confirmar ‘progresos suficientes"”, escribió en la misma red social el primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, quien dijo esperar “una estrecha relación futura con Reino Unido tras el Brexit”.

Para lanzar esta nueva fase de negociaciones que determinará la futura relación, la UE exigía primero avances suficientes sobre la frontera irlandesa, los derechos de ciudadanos expatriados y la liquidación financiera.

El aval de los 27 mandatarios, reunidos sin May en el segundo día de la cita europea, llega una semana después que la Comisión Europea y Londres acordaran los términos del divorcio tras más de cuatro décadas de relación.

El gobierno británico insistía desde hace semanas en discutir sobre un eventual acuerdo comercial con sus todavía socios, a quienes urgió la víspera a empezar a negociarlo “lo antes posible”.

Pero los europeos quieren dejar esas discusiones comerciales para marzo y centrarse primero, desde enero, en un período de transición de dos años tras la salida de Reino Unido prevista el 29 de marzo de 2019.

‘Relación profunda y especial’

En una cena de trabajo el jueves, la primera ministra británica, Theresa May, afirmó que quiere construir una “relación profunda y especial” con los europeos tras la salida de su país del bloque comunitario.

Su discurso fue aplaudido por sus pares europeos, algo poco común. “Alguno de nosotros, incluyéndome a mí, pensamos que ha hecho grandes esfuerzos, que deben ser reconocidos”, apuntó el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien aseguró que su confianza en May está “intacta”.

La incógnita es qué forma tendrá la futura relación comercial. El negociador de la UE, Michel Barnier, indicó la semana pasada que, vistas las “líneas rojas” de Reino Unido, el modelo por el momento sería el acuerdo de libre comercio en vigor con Canadá (CETA).

“El primer gran paso es que Reino Unido diga muy claramente qué quiere” en la futura relación, dijo el primer ministro maltés, Joseph Muscat, quien precisó que si esto ocurre “en las próximas semanas”, la UE podría tener una postura “muy clara para marzo”.

Menos optimista, Juncker advirtió que “la segunda fase será mucho más difícil que la primera”.

Asuntos pendientes

Los negociadores de la UE y de Reino Unido deben también cerrar los flecos de las prioridades del divorcio en negociación, sobre todo en lo que concierne a la situación de la frontera en la isla de Irlanda.

“Todavía un problema por resolver”, dijo el viernes el canciller austríaco, Christian Kern. “Se nos dice que no puede haber una frontera entre Irlanda y la [británica] Irlanda del Norte”, ni entre esta última “y Gran Bretaña”, pero que “entre Reino Unido y Europa se necesita una”.

Los dirigentes de los 27 países también expresaron su firmeza tras las declaraciones del negociador británico para el Brexit, el ministro David Davis, quien la semana pasada cuestionó el carácter “vinculante” del acuerdo preliminar sobre los términos del divorcio.

Las negociaciones “de la segunda fase pueden avanzar únicamente si los compromisos hechos en la primera fase son respetados íntegramente y traducidos a términos legales lo antes posible”, según las conclusiones adoptadas por los líderes.

Zona euro en el menú

Antes de centrarse en el Brexit, los líderes europeos arrancaron la jornada con un desayuno de trabajo dedicado a la reforma de la zona euro, retrasada debido a la crisis política que sacude a Alemania.

En el menú de las discusiones figuran propuestas como el nombramiento de un ministro europeo de Finanzas, la finalización de la Unión Bancaria y la creación de un fondo monetario para ayudar a los países de la UE en crisis.