Un centenar de periodistas marcharon este viernes en Ostia, cerca de Roma, para defender la libertad de expresión y condenar toda intimidación después de la brutal golpiza a un reportero por parte del hermano de un jefe de la mafia local.

La manifestación se llevó a cabo hacia el mediodía frente al centro deportivo donde, Roberto Spada, hermano de Carmine Spada, líder de una de las familias mafiosas que dominan la zona, quien paga 13 años de cárcel por extorsión y violencia, golpeó el martes al periodista televisivo, fracturándole la nariz.

El caso desató una ola de indignación en toda Italia, empezando por el jefe del gobierno, Paolo Gentiloni, quien llamó al periodista para expresarle su solidaridad.

“No a la censura de prensa, no a la mordaza, no a leyes liberticidas”, rezaba la pancarta desplegada por los periodistas.

“Estamos aquí para decir que no nos detendrán”, declaró Dino Giarruso, entre los organizadores de la protesta.

“Los periodistas pueden ser criticados, pero eso no justifica golpizas mientras cumplen con su deber. Eso es inaceptable en un país democrático”, agregó.

Ostia, la playa de los romanos, se encuentra en el ojo de huracán, después de las elecciones locales del domingo convocadas después de que fuera intervenida judicialmente por dos años por infiltración mafiosa.

El candidato de la ultraderecha, públicamente fascista, apoyado por la familia Spada, alcanzó un inédito 9% en la primera ronda de las elecciones, lo que ha generado muchos interrogantes, ya que se trata de un lugar donde reina la corrupción, la venta de drogas y los chiringuitos ilegales.

El periodista agredido, Daniele Piervincenzi, que trabaja para un programa de investigación de la televisión pública (Rai), estaba preparando un informe sobre el tema cuando fue víctima de la golpiza.

El municipio, de 250.000 habitantes, fue arrasado social y económicamente por un sistema de corrupción, venta de droga, extorsiones con sistema mafioso, por lo que la Junta Comunal fue disuelta y se tuvo que nombrar a un administrador, un fiscal antimafia.

Un método que ha sido aplicado por las autoridades nacionales en localidades emblemáticas de la mafia como San Luca, en Calabria y Corleone, en Sicilia.

El caso ha inspirado la serie de televisión Suburra, la primera en italiano producida por Netflix, donde políticos corruptos, traficantes de drogas, mafiosos enfrentados entre sí, usan mucha violencia y sexo para controlar un pedazo de la Ciudad Eterna.