El ministro español de Justicia, Rafael Catalá, afirmó este lunes que el gobierno hará “todo lo que la ley permite para impedir” una declaración unilateral de independencia en Cataluña.

El ejecutivo regional había apuntado a esa posibilidad la noche del domingo, tras concluir el referendo de autodeterminación prohibido por la justicia, cuando su presidente, Carles Puigdemont dijo que los catalanes se han “ganado el derecho a tener un Estado independiente”.

Sin embargo, el ministro Catalá le respondió en Televisión Española que “si alguien pretende declarar la independencia de una parte del territorio respecto de España, como no puede, como no está dentro de sus competencias, habrá que hacer todo lo que la ley permite para impedir que sea así”.

El ministro estimó que es “evidente” que hay que “recuperar el diálogo entre todas las fuerzas políticas”, después de una jornada en la que la policía cargó contra manifestantes que querían votar en la consulta prohibida.

El ministro respondía a una pregunta sobre el eventual uso del artículo 155 de la Constitución española, que permite intervenir la autonomía de una región si “no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan”.

Al mismo tiempo, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, se reúne por la tarde con el líder de la oposición socialista, Pedro Sánchez, y el del partido centrista Ciudadanos, Albert Rivera, cuarta fuerza parlamentaria.

Hablarán del futuro político inmediato, aunque el diálogo del líder conservador con Barcelona se anuncie muy difícil, tras la lluvia de críticas que ha recibido por las imágenes de la policía cargando contra quienes querían votar en la consulta.

El propio Sánchez manifestó su “profundo desacuerdo con las cargas policiales”, mientras que la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, una figura emergente de la política catalana, tachó a Rajoy de “cobarde” y pidió su dimisión.

En total, 893 personas tuvieron que recibir asistencia médica por esas cargas. En ellas, los agentes echaron mano de porras, patadas, empujones y pelotas de goma, y llegaron a golpear a bomberos y agentes de la policía regional catalana, los Mossos d’Esquadra.